A una semana de la destitución de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff por decisión del Senado, hoy la ex mandataria abandona la residencia oficial, el Palacio de la Alvorada, rumbo a Porto Alegre, donde se espera llegue por la tarde, reseña el diario argentino La Nación.
No es la primera mudanza de Dilma. Meses atrás había tenido que dejar el Palacio del Planalto, en mayo, cuando fue suspendida por la Cámara alta a la espera de que se confirme el impeachment. Hoy, el cambio de la ex jefa de Estado es definitivo: debe dejar atrás sus oficinas y los regalos recibidos en su condición de presidenta por sus pares del mundo.
De acuerdo con nota publicada por el diario O’Globo, cada uno de los objetos fue minuciosamente catalogados, incluidas las fotografías, para evitar cualquier tipo de cuestionamiento del nuevo gobierno, a cargo del anterior vicepresidente Michel Temer, que abrió una investigación para determinar el origen de cada uno de los ítems.
“La ex presidenta transportará la mayoría de sus cosas en un avión de la Fuerza Aérea. Todo lo demás será transportado en cuatro camiones, que se encargaran de mudar toda su biblioteca, los muebles y las pertenencias que le corresponden en un operativo pagado por el gobierno. Cada vehículo, que tiene una capacidad de 18 toneladas, cuesta cerca de 15 mil reales (casi 70 mil pesos)”, indica la nota.
CACTUS24 (06-09-16)