viernes, abril 19, 2024
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Un secreto, una amenaza, una manipulación a la inocencia

Últimamente en nuestro país los altos niveles de violencia contra niños, niñas y adolescentes son alarmantes, en particular los Abusos Sexuales cometidos por familiares o personas allegadas al entorno del niño y/o adolescente. Sin embargo, mi intención más allá de aportar  el conocimiento del impacto del abuso sexual sobre niños, niñas y adolescentes es el compromiso que debemos mantener como padres, representantes y/o responsables en proteger a la infancia para evitar maltrato grave, abuso sexual y explotación sexual comercial.

Es oportuno conocer que cuando hablamos de abuso sexual se refiere cuando un adulto utiliza la seducción, el chantaje, las amenazas y/o la manipulación psicológica para involucrar a un niño, niña y/o adolescente en actividades sexuales o erotizadas de cualquier índole esto implica involucrar al niño o adolescente en una actividad que no corresponde a su nivel de desarrollo emocional, cognitivo ni social.

Es mi responsabilidad mencionar los elementos claves en un abuso sexual, entre ellos se encuentran la mayoría de edad, tamaño, fuerza y experiencia de vida del abusador, genera una diferencia significativa de poder entre éste y la víctima. La victima sometida a una relación de desigualdad, nunca es libre para decidir frente a un acercamiento de tipo sexual. El abusador usa la coerción para someter y doblegar a su víctima, la cual no se refiere sólo al uso de la fuerza y amenazas, sino que, especialmente, a maniobras de presión psicológica sutiles como la seducción, el engaño, el chantaje y la manipulación. El abuso sexual no involucra necesariamente el uso de la fuerza, violencia o daño físico, pero es abusivo en tanto el adulto no considera las necesidades del niño, sino que lo utiliza para la satisfacción de sus propias necesidades.

La mayoría de los padres que cuidan a sus hijos se sienten seguros cuando éstos se encuentran en compañía de una persona a la que califican de alguna de estas formas: “confiable”, “encantador con los niños”, “familiar”, “muy conocido”, “pariente”, “impecable”, “responsable”, “religioso”, “bondadoso”, etc. Sin embargo, la realidad es que en casi todos los casos de abuso sexual infantojuvenil, el agresor tenía una o más de estas etiquetas. La mayoría de  los casos ocurren dentro del hogar o en el entorno de convivencia de la víctima, EN DONDE UNO HA PUESTO ESTOS CALIFICATIVOS ES DONDE HAY QUE TENER MÁS CUIDADO.

El abusador sexual puede ser hombre o mujer, no tiene preferencia sexual sobre la víctima, lo que le interesa es satisfacer su necesidad; tomando en cuenta lo vulnerable que se encuentra.

El cómplice silencioso es también un delincuente. Se ven tantos casos en que la madre le ha dicho a su hija o hijo víctima de su padre: “No pasó nada; tu papá te quiere mucho y es así como él acostumbra demostrarme su amor a mí, por eso te lo quiso hacer a ti”, y el niño se queda con esa idea, y quizá han transcurrido muchos años con eso de que no pasó nada, y tal vez ahora no quieren caer en la cuenta de que sí pasó.

El abuso constituye una experiencia traumática que tiene repercusiones negativas en el estado psicológico de las víctimas y su entorno. Dicho brevemente, existen tres tipos de problemáticas en el abuso sexual infantojuvenil que se repiten en los niños y adolescentes de todas edades: PROBLEMAS CON SUS PARES, DIFICULTADES ESCOLARES, CAMBIOS EN SU COMPORTAMIENTO.

¿Cómo proteger a nuestros hijos?

En  los pre-escolares el abuso sexual es generalmente descubierto de modo accidental por el docente de aula, mientras los escolares suelen revelarlo voluntariamente, en ambos casos la denuncia de los docentes ante el CICPC y/o Ministerio Publico es primordial, esto permitirá detener el abuso y lograr la detención del abusador.

Como padres no espere que su hijo le revele que es víctima de abuso sexual, por el contrario practicara la Ley del Silencio, no obstante; en el caso de que por algún motivo se tenga la presunción lo más seguro es que la víctima a causa de la influencia del agresor realice esfuerzos de encubrimiento o el efecto del trauma sobre la memoria, en ambos casos denuncie y acuda a especialistas a nivel psicológico que le acompañen en el proceso, tomando en cuenta que no se debe re-victimizar ni mucho menos interrogar afanadamente, ya que aumentan el temor, tristeza, rencor, ansiedad y la repetición constante de ese evento adverso, deje que los especialistas hagan su trabajo.

No se trata de sobreproteger a su hijo o de ignorar los riesgos que corre; suminístrele los medios para protegerse. UN NIÑO BIEN INFORMADO TIENE MÁS OPORTUNIDADES DE NO SER UNA VÍCTIMA.

 Enséñelo a encontrar soluciones a sus problemas, aproveche las situaciones que perturban a su hijo para escucharlo mostrándole confianza. Si se sabe escuchado, se atreverá a hablar de lo que le preocupa. Anímelo para que tenga confianza en sí mismo: si es menos tímido con los adultos, se defenderá mejor.

Enséñele a su hijo reglas de protección, dígale siempre las verdaderas razones de sus recomendaciones. Dígale que tiene el derecho a rechazar una propuesta de un adulto, incluso si lo conoce; que no es maleducado ignorar a un adulto que le pida acompañarlo a alguna parte: esa persona encontrará ayuda en otra parte; que si se siente en peligro en la calle debe acercarse a un grupo de personas o entrar en un negocio más cercano, ubicar a un funcionario policial, debe buscar ayuda hasta encontrar alguien que le crea y que actúe. Notifíquele los lugares donde usted no quiere que pase o que juegue. Déjele siempre un medio de llamar por teléfono y algunas direcciones y números de telefónicos.

Elabore con su hijo o hija una lista de personas a quienes puede confiarse si se siente en peligro: alguien de la escuela, un comerciante, un policía o los padres de un amigo.

Enséñele a su hijo los riesgos de las redes sociales, normas de seguridad y la edad permitida en la creación de espacios sociales por internet.

En pocas palabras el rol SUPERVISOR es la mejor prevención en beneficio de la seguridad de los niños, niñas y adolescentes.

Por: 

ABOG. JOSÉ ÁNGEL SÁNCHEZ RÍOS

Especialista en Derecho de Familia, Niñas, Niños y Adolescentes

Instagram @cpreventiva

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