El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) aseguró que más de un niño fue asesinado en el transcurso del año 2019. En su reciente informe confirman que un total de 494 infantes y adolescentes que no alcanzaron los 18 años perdieron la vida por homicidios y “resistencia a la autoridad”.
De esta cifra, 102 corresponden a víctimas hasta 11 años y 392 a adolescentes en el país. En los registros de los casos indican que 69 jóvenes perdieron la vida en manos de los cuerpos de seguridad del Estado, pero fueron justificados como “defensa en contra de la autoridad”.
Dos niños, menores de 11 años, se encuentran entre las víctimas que supuestamente se enfrentaron a la policía, menciona el observatorio.
Sobre este punto, representantes de la ONG advirtieron que “las cifras presentadas en el informe pueden ser mayores que las que aparecen”.
Indicaron que en los datos presentados no se incluye la categoría: averiguación de muerte, otra de las etiquetas que se usa en los cuerpos policiales y organismos de salud para registrar los fallecimientos.
El informe del observatorio indica que a la población joven del país “le ha tocado afrontar una situación excepcional, ha experimentado directamente el hambre, la escasez y la falta de los servicios más elementales como ninguna otra población la ha sufrido a lo largo de nuestra historia”.
El ranking
Miranda tiene el primer lugar de muertes violentas en todas las edades, destacando la numerosa mortalidad en niños o adolescentes desde los 18 a los 24 años de edad, en comparación con todos los grupos evaluados.
En el segundo lugar está el estado Zulia, donde también presenta una gran cantidad de víctimas con edades de 18 y 24 años de edad.
Y por último lugar está el estado Bolívar asociado con el aumento de diversos grupos en relación a la política de explotación de la riqueza mineral de dicho territorio.
En todas las entidades federales del país, con solo tres excepciones, el grupo etario de mayor mortalidad es la población de 18 a 24 años de edad, que representa el 52% de las muertes en la población de 0 a 29 años.
Informe
Detalla el informe de la OVV, que las muertes de niños y jóvenes “se pudieron evitar, que no tienen por qué ocurrir si el país cuenta con programas, acciones y servicios que decidan intervenir en las situaciones que ocasionan estas muertes, generando cambios y afirmando las decisiones que contribuyan a la pacificación del país”.
Argumentan en el estudio que las tasas de muertos que corresponden a los grupos de jóvenes y de adultos jóvenes casi dupliquen las tasas de mortalidad a nivel nacional, señala el estudio.
Advierten que las altas cifras de muertes violentas de jóvenes venezolanos, además de la pérdida de vidas valiosas para las familias “tiene importantes impactos negativos para el país, entre los cuales podemos destacar: pérdida de población económicamente activa; aceleración del proceso de envejecimiento demográfico; emigración masiva hacia el extranjero; aumento en las tasas de mortalidad general y principalmente la de los hombres jóvenes; y descenso en la llamada “esperanza de vida”.
La ONG indicó que si esa realidad social, en un momento dado, comienza a exhibir aspectos negativos para la población o sociedad, tales como: incremento de la violencia e inseguridad, deterioro acentuado del sistema médico-sanitario, resurgimiento de enfermedades de origen infecto-contagiosas y parasitarias, aumento de la pobreza, crisis económicas, entre otros, “lo más probable es que la esperanza de vida retroceda”.
Sobre este punto, el Observatorio lo ejemplifica en un estudio reciente realizado por investigadores del OVV en el estado Mérida. A través de unas estimaciones cuantitativas evidenció que en Venezuela la esperanza de vida de la población de jóvenes de 18 a 24 años de edad ha experimentado un retroceso sin precedente alguno en el país, al menos a lo largo de todo el siglo XX y hasta alrededor del año 2010.
Estos datos revelan que las mujeres jóvenes perdieron entre 1,00 y 1,06 años de esperanza de vida en las dos últimas décadas, mientras que los hombres jóvenes presentaron una pérdida superior alrededor de 1,40 y 2,42 años en el mismo lapso.
El Observatorio espera que el Estado pueda mejorar los mecanismos en materia de seguridad para que no se violen los derechos humanos.
NP
Cactus24 (19-02-2020)
