Un solitario gol de Ivan Rakitic en el segundo tiempo dio al Barcelona los tres puntos contra el Athletic Club (1-0) en el Camp Nou, un resultado que permite a los azulgrana recuperar el liderato provisionalmente a la espera del partido que este miércoles disputará el Real Madrid.
En un encuentro igualado y con poco ritmo, los locales tardaron 71 minutos en abrir la lata con un tanto del croata que, llegando de segunda línea, remató a la red un balón muerto en el interior del área del equipo rojiblanco.
Tras este resultado, el Barça suma 68 puntos, tres más que el Real Madrid que, si quiere recuperar el liderato, deberá ganar este miércoles al Mallorca.
El argentino Lionel Messi, quien este miércoles cumplirá 33 años, no pudo llegar al gol 700 en su carrera.
Pese a la victoria, pinta mal este Barça. Sin energía, sin espíritu, sin alma. Y sin el cobijo del Camp Nou. Los anfitriones tenían la posesión pero no inquietaban a un Athletic al que le bastaba con cerrar los pasillos interiores y regalar las bandas que solo transitan con cierta indolencia los laterales azulgranas.
Los azulgranas ni siquiera pusieron a prueba a Unai Simón en toda la primera mitad. Un tiro demasiado cruzado de Luis Suárez antes al cuarto de hora y un disparo que Messi envió, quizá de pura rabia e impotencia, al quinto anfiteatro del estadio al filo del descanso fue todo el caudal ofensivo del cuadro catalán.
Unai Simón tapó un remate a bocajarro de Griezmann al inicio de la segunda mitad. Dominaba más el Barcelona y el Athletic, algo más exigido, se vio obligado a dar un paso atrás. Setién decidió por fin mover el banquillo e inyectó algo de energía y dinamismo al equipo, primero con Riqui Puig y luego con Ansu Fati.
El joven punta hispano-guineano, que relevó a un de nuevo anodino Griezmann, tuvo la primer nada más entrar: un remate de cabeza que se marchó por encima de larguero. Quedaban veinticinco minutos para el final y el Barcelona se fue a por el partido. Lo hizo con escasa lucidez, poca inspiración y aún menos acierto, pero al menos con más deseo que su rival.
Y el 1-0 llegó casi por inercia. Un ataque local mal rematado por Arturo Vidal y que Messi no subo resolver en el rechace acabó en las botas de Rakitic que, rompiendo desde la segunda línea, fusilaba a Unai Simon.