Hace poco más de una semana, la vida de Carlos Ramos, un comerciante de la ciudad de Corrientes (Argentina), experimentó un cambio drástico e inesperado. Harto de los constantes robos y la falta de respuesta por parte de las autoridades, se encontró en la calle con un ladrón que lo había asaltado dos veces en menos de una semana, y lo confrontó, resultando en un fatal disparo en el pecho.
Todo comenzó cuando la esposa del señor Ramos le avisó que habían entrado a su casa a robar. Gracias a las cámaras de seguridad que tenía en su domicilio, evidenció el momento del robo y logró identificar a los dos señalados. Se acercó con el material a una estación de Policía para imponer la denuncia en contra de los sujetos; las autoridades los arrestaron, pero horas después fueron dejados en libertad.
Los descarados delincuentes, cada que se cruzaban con el hombre, se burlaban por su libertad. Pero eso no les bastó. En un acto de venganza por la denuncia de Ramos, decidieron volver a la propiedad del señor el pasado miércoles 3 de abril y realizaron un robo masivo.
Carlos iba en su carro y cuando llegó al cruce de las calles Yugoslavia y Cerdeña de la ciudad argentina, se cruzó con los dos reconocidos ladrones. Indignado por sus abusos, decidió tomar justicia por mano propia: bajó la ventana del auto, sacó un arma y disparó en dos ocasiones a uno de ellos.
Luego del ataque, se identificó a Emanuel Ponce, de 32 años, como el sujeto que había sido impactado en el pecho. Contaba con varios delitos penales. El único testigo de lo ocurrido es su cómplice, apodado como “Martincito”.
Ramos escapó del lugar pero fue detenido horas más tarde. Las autoridades incautaron el arma que utilizó para perpetrar el homicidio, fue enviado a la comisaría para dar su declaración y la jueza Josefina González le otorgó prisión domiciliaria por no contar con antecedentes penales. Esta medida regirá mientras se esclarece el proceso.
El señor Carlos es el encargado de la manutención de su familia y en su declaración contó todos los detalles, no desvió ningún dato de la investigación. En su barrio lo consideran como “justiciero” y sus vecinos realizan una colecta vendiendo arroz con pollo para poder pagar su defensa en el procedimiento.
La iniciativa comenzó a través de las redes sociales para juntar los fondos que ayuden a pagar un abogado para su defensa, ya que puede llegar a ser condenado.
Cactus24 09-04-24
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