Mediadores internacionales se encuentran reunidos este martes con delegados del grupo islamista palestino Hamás en El Cairo para intentar pactar una tregua en Gaza antes del inicio de la fiesta sagrada musulmana del ramadán.
Representantes de Estados Unidos, Catar y Egipto buscan desde hace tres días, en la capital egipcia, acordar una tregua de seis semanas entre Israel y Hamás, el canje de decenas de rehenes a cambio de prisioneros palestinos, y el ingreso de ayuda a Gaza.
Las negociaciones son “difíciles, pero continúan”, indicó la cadena AlQahera News, cercana a los servicios de inteligencia egipcios, citando a un alto funcionario.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, pide cada vez con más insistencia un alto el fuego ante la catástrofe humanitaria que los casi cinco meses de guerra han provocado en la Franja de Gaza.
Desde Washington, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, llamó a Hamás a aceptar un “cese el fuego inmediato con Israel”. “Depende de Hamás decidir si está preparado para comprometerse con un cese de hostilidades”, señaló.
Israel no participa en esta nueva ronda de diálogos, pese a la creciente presión diplomática para alcanzar un cese el fuego antes del ramadán, que comienza la próxima semana.
Según medios de comunicación israelíes, los mediadores del país boicotearon las conversaciones porque Hamás se negó a proporcionar una lista de los rehenes con vida.
El lunes, el alto dirigente de Hamás, Bassem Naim, dijo a AFP que el grupo no sabe “quiénes de ellos (los rehenes) están vivos o muertos” ya que están retenidos por “numerosos grupos en múltiples lugares”.
Nueva ayuda para Gaza por aire
La guerra estalló tras el ataque del 7 de octubre, cuando comandos de Hamás entraron a Israel, desde Gaza, y mataron a 1.160 personas, en su mayoría civiles. También secuestraron a 250 personas, de las cuales Israel calcula que 130 siguen retenidas.
Este martes, aviones de Estados Unidos lanzaron más de 36.000 raciones de alimentos sobre la Franja de Gaza, cuya población se encuentra según la ONU bajo amenaza de hambruna.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que descubrió en una misión que realizó a dos hospitales del norte de Gaza escenas espantosas de niños muriendo de hambre y una grave escasez de alimento, medicamentos y combustible para generadores.
Este organismo calcula que al menos 8.000 pacientes necesitan ser evacuados de Gaza para recibir tratamiento, lo que aliviaría la presión sobre los pocos hospitales que aún funcionan en el territorio.
Bombardeos y combates callejeros
Por la noche, la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, volvió a ser blanco de bombardeos nocturnos. Y en Jan Yunis, a unos kilómetros más al norte, además de bombardeos, se registran combates en el terreno.
El martes por la mañana, un grupo de mujeres huyó de Jan Yunis, convertido en un campo de ruinas, portando banderas blancas frente a tanques israelíes, según imágenes de AFP.
“Destruyeron la casa sin previo aviso. El barrio se convirtió en un infierno de llamas”, contó Abdulá Amur, un sobreviviente, tras el bombardeo de una casa en el que murieron 16 personas, entre ellas un recién nacido, según el Ministerio de Salud de Hamás.
La ofensiva de Israel contra Hamás en Gaza ha matado hasta ahora a 30.631 personas, en su mayoría civiles, según cifras del grupo palestino.
“Semillas del odio”
En el norte, según el ministerio de Salud de Hamás y testigos, soldados israelíes abrieron fuego contra una multitud hambrienta que esperaba el reparto de ayuda, hiriendo a algunas personas.
Testigos declararon a AFP que cientos de personas se abalanzaron sobre un convoy de 17 camiones cargados de harina que llegaba a un cruce de caminos en el sur de la ciudad de Gaza, y que los soldados dispararon. El ejército no ha confirmado estos informes.
La crisis humanitaria en Gaza se ve agravada por las tensiones entre la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa) e Israel, que pide su desmantelamiento.
Israel acusa a la agencia de emplear a “más de 450 terroristas” de Hamás y otras organizaciones de Gaza, y afirma que 12 de sus empleados participaron en el ataque del 7 de octubre.
El jefe de la Unrwa, Philippe Lazzarini, declaró el lunes ante la Asamblea General de la ONU que desmantelar la agencia sacrificaría a “toda una generación de niños” en Gaza y conduciría a “plantar las semillas del odio”.
El lunes, la Unrwa acusó a las autoridades israelíes de haber cometido actos de “tortura” contra algunos de sus empleados.
En otro informe, también publicado el lunes, la ONU aseguró haber encontrado “motivos razonables” para creer que hubo violencia sexual durante el ataque de Hamás del 7 de octubre.
El movimiento palestino “rechazó” el informe de Naciones Unidas y tachó las acusaciones de “falsas” e “infundadas”.
Cactus24 05-03-24
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