Estados Unidos acogió este viernes con «satisfacción» el acuerdo entre los gobiernos de Venezuela y Guayana para no amenazarse ni utilizar la fuerza en circunstancia alguna tras semanas de tensión por el control del Esequibo, una zona rica en recursos minerales y naturales.
Acogemos con satisfacción su compromiso con el diálogo pacífico. Estados Unidos apoya una resolución pacífica de la disputa fronteriza entre Venezuela y Guyana, y reafirma el apoyo inquebrantable de Estados Unidos a la soberanía de Guyana», afirmó este viernes a EFE un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU.
En una reunión encabezada ayer por los mandatarios de Venezuela y Guayana en San Vicente y las Granadinas, se había acordado no amenazar ni valerse del uso de la fuerza en situaciones «derivadas de cualquier controversia existente entre ambos Estados», como la disputa por el Esequibo.
Según un comunicado conjunto, ambos países -que pretenden este territorio de casi 160.000 kilómetros cuadrados- pactaron que «cualquier controversia» se resolverá «de conformidad con el derecho internacional, incluido el Acuerdo de Ginebra» de 1966, instrumento que defiende Caracas y que establece la solución del conflicto por la vía del diálogo.
En este sentido, las declaraciones posteriores del portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. a EFE hicieron hincapié en que «el laudo arbitral que determinó la frontera terrestre entre Venezuela y Guayana en 1899 debe ser respetado», a menos que «las partes lleguen a un acuerdo o un órgano legal competente decida la contrario».
Además, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y su homólogo guyanés, Irfaan Ali, se comprometieron el jueves a continuar con «el diálogo sobre cualquier otro asunto pendiente de importancia mutua» y a abstenerse «ya sea de palabra o de hecho, de intensificar cualquier conflicto o desacuerdo derivado de cualquier controversia».
En caso de que se produzcan nuevas tensiones, según aseguraron los líderes, «se comunicarán inmediatamente entre sí, con la Comunidad del Caribe (Caricom), con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y con el presidente de Brasil», Luiz Inácio Lula da Silva», para contener o revertir la situación.
Caracas y Georgetown acordaron también «establecer inmediatamente una comisión conjunta» con sus respectivos ministros de Exteriores y técnicos para «tratar los asuntos mutuamente acordados», que deberá presentar una actualización a Maduro y Ali «en un plazo de tres meses».