El cuerpo y la mente forman un todo. De ahí que los problemas emocionales siempre dejen huellas en el organismo. Esto es perfectamente lógico si se tiene en cuenta que el cerebro es el eje del funcionamiento del cuerpo humano. También el hecho de que todo el cuerpo está inervado y por lo tanto está comunicado con el cerebro.
Se podría afirmar que no hay ninguna molestia física que no tenga como referente, o como contexto, uno o varios problemas emocionales. En este sentido, es bueno atender a las señales que nos envía el cuerpo. En general, son indicadores de que existe algún tipo de desequilibrio en nuestra vida.
Algunas de esas señales corporales son muy comunes. No se trata de enfermedades en sentido estricto, sino de problemas emocionales que hacen presencia en el cuerpo. Enseguida te hablamos de siete indicadores que pueden estar sugiriendo la existencia de problemas emocionales.
- Dolor de cabeza, un síntoma de problemas emocionales
El dolor de cabeza frecuente es un síntoma muy común. Miles de personas en el mundo lo sufren. No es para menos. Está asociado con el estrés y la agitación. Por lo tanto, es normal que haya tantos afectados por este problema.
El significado de los dolores de cabeza se resume en una sola palabra: tensión. Hay fuerzas internas que se contraponen. Habitualmente es el deseo de hacer las cosas completas y bien, en contraposición a la falta de tiempo. O la necesidad de descansar, frente a la obligación de cumplir compromisos. Detrás de una cefalea muchas veces hay problemas emocionales, de ahí que con frecuencia los medicamentos no tengan los efectos deseados.
- Dolor en el cuello
El cuello rígido y que presenta dolor es una clara señal de una rigidez extrema. No en todos los aspectos de la vida, pero sí en uno en particular: la dificultad para perdonar. El rencor y el resentimiento toman forma de fuerte tensión muscular en la zona del cuello.
La dificultad para perdonar también puede estar acompañada de otros sentimientos, como inconformidad o desprecio. Si te duele el cuello, es bueno que pienses en el rencor del que todavía no te has desecho. Quizás al diluirlos, con ellos también se esfume el dolor que sientes.
- Rigidez y problemas en los hombros
Los hombros son la zona del cuerpo que se destina para cargar pesos muy grandes. Esto vale tanto para los pesos físicos como para los que suponen una carga en el plano mental. Un dolor en los hombros, especialmente si hay calambres, indica una sobrecarga.
Probablemente llevas una carga que te está pesando demasiado. Tal vez una responsabilidad que no te corresponde o un compromiso con el que sientes que no puedes cumplir. El dolor en los hombros habla, en todo caso, de problemas emocionales asociados a la presión excesiva.
- Molestias en la parte superior de la espalda
La parte superior de la espalda es otra zona en la que se concentran las tensiones y los problemas emocionales. Cuando hay dolor allí, es probable que te sientas muy solo. Se trata de una señal que habla de dificultades para relacionarnos con los demás.
Así mismo, puede hablar de una carencia de amor propio. La autoestima puede estar lesionada. En su lugar, es posible que haya una gran cantidad de temores. Estos, generalmente, se relacionan con vínculos sociales poco satisfactorios
- Dolores en las manos
Las manos son una zona del cuerpo muy relacionada con la expresión y con el contacto con los demás. Cuando hay dolores o molestias en las manos, es hora de revisar cómo están los vínculos con las demás personas.
Es muy usual que haya un deseo insatisfecho de hacer o tener más relaciones de confianza. Las molestias o los dolores hablarían de una condición de privación social que se desea superar. Sin embargo, tal vez no se ha encontrado el camino para hacerlo.
El cuerpo es como un libro, en el que cada parte cuenta una historia. También cada zona del organismo está enviándonos mensajes constantemente. ¿Sabes escucharlos? Esa es la pregunta que debes hacerte. Especialmente cuando sabes que tienes problemas emocionales, pero no te has decidido a encararlos o no sabes cómo hacerlo.