Son pocos los jugadores que logran marcar un impacto dentro de una organización de las Grandes Ligas de la forma en la que lo hizo un joven Miguel Cabrera en 2003. El venezolano se estrenó con los Marlins de Miami y en ese mismo compromiso disparó su primer cuadrangular en el máximo escenario y cerró dicha contienda como campeón mundial con la divisa.
No obstante, pese al sólido rendimiento de Cabrera en las ligas menores ese año, su dominante arribo a la gran carpa, que incluyó aquel jonrón legendario contra Roger Clemens en el «Clásico de Otoño» de esa zafra, estuvo a punto de no ocurrir, por lo menos no en 2003.
El gran problema era que el dos veces MVP venía jugando en la antesala en las menores y los Marlins ya tenían a un tercera base estelar en Mike Lowell.
«Algunas personas dentro de la organización no querían subirlo», señaló Jack McKeon, mánager de los peces durante ese camino al campeonato, en declaraciones para MLB.com. «Tuvimos una gran discusión al respecto. Les dije que no me importaba, que íbamos a averiguar si podía jugar en los jardines. Y finalmente los pude convencer de que lo subieran».
Pero las dudas con respecto a la decisión de subir al maracayero solo se incrementaron para algunos tras sus primeros cuatro turnos en el «Big Show», en los que no tuvo suerte.
«Podía sentir esa energía en el dugout, como que pensaban que no estaba listo, lo que era injusto», contó el exlanzador Dontrelle Willis. «Es su primer día, estamos jugando contra los Rays. Recuerdo decirle a Derrek Lee que él iba a estar bien», reseña Diario Las Américas.
En su siguiente turno, Cabrera despachó un bambinazo de dos rayitas para dejar en el terreno a Tampa Bay. Fue el primero de los más de 500 vuelacercas que ha sacudido el cuatro veces campeón bate desde entonces.
«Miggy siempre fue un tipo divertido, todavía lo es. No se tomaba las cosas muy en serio», señaló el expatrulero Juan Pierre. «Eso era particularmente llamativo en un chico joven, porque ellos por lo general van a presionar en su intento por quedarse arriba. Es alguien especial, un talento generacional. Algo que le dices a tus hijos: «Yo pude jugar con Miguel Cabrera», agregó.
Los Marlins tienen previsto realizarle una ceremonia de homenaje a Cabrera este viernes, en lo que será la última visita del venezolano como pelotero activo a la ciudad de Miami.
CACTUS24 28-07-23
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