En las últimas décadas, la pérdida de biodiversidad y los animales en peligro de extinción, son una problemática para la sociedad actual dadas las consecuencias negativas que conllevan, muchas de ellas provocadas por los seres humanos.
Para intentar minimizar esta situación, son muchas las asociaciones, organizaciones no gubernamentales y oficinas municipales de ambiente, que trabajan con un mismo fin: tratar de frenar los problemas que destruyen el medio ambiente.
En esta edición periodística de Cactus24 se abordarán sobre los animales en peligro de extinción en la península de Paraguaná. Se conocerán cuántas especies están amenazadas, las causas que acelera su extinción en el ecosistema paraguanero y las estadísticas que reúne, clasifica y recuenta estas especies.
Estas especies están catalogadas y evaluadas siguiendo una serie de categorías determinadas por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN). El principal objetivo de las categorías y criterios de la Lista Roja de la UICN, es seguir una serie de ítems, con base científica, que permitan la clasificación de las especies de alto riesgo de extinción global.
Aunque esta no es la única manera de establecer prioridades para la conservación de las especies y, además, es preciso señalar que las Listas Rojas son elaboradas por diferentes instituciones, no tienen validez legal y no todos los países siguen la misma metodología para su elaboración. Las categorías que establece la UICN son los que aparecen reflejadas en la imagen.
“El sobrepastoreo, la caza furtiva y la pérdida del habitad natural” son algunas de las acciones que provocan esta situación, la extensión de las especies, así lo manifiesta el zoo cuidador del Zoológico Paraguaná (antes llamado Parque Zoológico Gustavo Rivera), Yostín Briceño para Cactus24.
Briceño detalla las cinco especies que se encuentran amenazadas en la península Paraguaná “la mayoría de estas especies se encuentran distribuidas alrededor de la Península”, recalca.
La cotorra cabeciamarilla se encuentra principalmente en el municipio Falcón, la tarántula azul está en los tres municipios Carirubana, Falcón y Los Taques, el ratoncito mochilero está en el municipio Falcón; el tuqueque de Montecano se halla en el municipio Falcón, pero exclusivamente en el monumento natural de la Reserva Biológica Montecano y, por último, el murciélago bigotudo, por lo general está refugiado en las cuevas de Los Taques.
Municipio Falcón: La cotorra, el ratón mochilero y el tuqueque Montecano
Esta jurisdicción paraguanera es conocida por desarrollarse las actividades turísticas como sol y playa, histórico-cultural, aventura y ecoturismo.
Es uno de los municipios del estado Falcón que alberga una variedad de flora y fauna, con especies únicas en su hábitat que están amenazadas a su extinción.
Se trata de las especies más predominantes como la cotorra cabeciamarilla, el ratoncito mochilero y el tuqueque de Montecano, su hábitat está exclusivamente en el monumento natural de la Reserva Biológica Montecano.
De acuerdo al Libro Rojo de la Fauna de Venezuela, la Cotorra Cabeciamarilla se considera una de las especies de aves más amenazadas y con alta prioridad de conservación en Venezuela. Esta ave es fuertemente comercializada, su hábitat se encuentra muy amenazado, su distribución se ha reducido de modo significativo y su tamaño poblacional total se estima en 5.000 individuos, aunque es probable que sea un poco mayor.
Cuatro de sus poblaciones se pueden calificar En Peligro (Lara, Falcón, Píritu, y la del oeste de Margarita), tres En Peligro Crítico (La Blanquilla, Araya, Bonaire), y entre dos y cuatro la reportan como Extinta (Aruba, Paraguaná, este de Margarita, y probablemente Curazao). Específicamente en la península de Paraguaná está Probablemente Extinta, ya que observaciones a fines de los años ochenta indican individuos aislados y un máximo de cinco ejemplares juntos, explica el Libro Rojo de Venezuela, 2015.
En este sentido, el zoo cuidador Yostín Briceño, detalla que la principal causa de peligro a extinguirse se debe a la caza furtiva de esta ave en el municipio Falcón. “La amenaza es a escala nacional e internacional, la captura y la comercialización de pichones para su uso como mascota”, refiere.
Dentro de la lista, está el Lagarto de Montecano, también conocido como Tuqueque de Montecano, es un reptil muy pequeño, que sólo es posible encontrar en los bosques secos tropicales del Monumento Natural de la Reserva Biológica de Montecano, ubicado en la población de San José de Cocodite.
Esta especie fue descrita por primera vez en el año 1994, y hasta ahora únicamente se han conocido nueve ejemplares de ella, entre otras razones, por lo restringido de su hábitat, y su baja tasa reproductiva (un huevo por nidada).
Lamentablemente, como consecuencia del establecimiento de áreas de pastoreo para ganado, el Tuqueque de Montecano se encuentra en peligro de extinción en la actualidad. Según el Libro Rojo de la fauna de Venezuela, a escala internacional, la IUCN la ha considerado En Peligro Crítico de extinción.
Por último, está el Ratoncito mochilero, es un roedor de tamaño extremadamente pequeño en comparación con otras especies del género. Mide aproximadamente 10,5 cm de longitud desde la cabeza hasta la base de la cola, y la longitud de la cola alcanza hasta 12 cm.
El pelaje del dorso es espinoso y su color gris parduzco oscuro es extremadamente pálido, y contrastante con el pelaje del vientre, el cual es suave y de color blanco. Detrás de las orejas y en los flancos laterales el pelaje es especialmente delgado. Las orejas son marrón pálido y grandes en relación con el tamaño del cuerpo.
Esta especie difiere de Heteromys anomalus por su menor tamaño corporal, y por poseer distintas proporciones craneanas y diferencias consistentes en el pelaje. En cuanto a su ecología, las especies del género Heteromys son granívoras-terrestres y se encuentran estrechamente asociadas a ambientes boscosos. Los pocos datos disponibles para la especie son consistentes con esta información.
Esta especie representa uno de los pocos vertebrados que se consideran endémicos de la península de Paraguaná. La especie parece confinada al cerro Santa Ana y a la fila de Montecano, en una vegetación relativamente húmeda rodeada por una matriz de espinares y matorrales secos tropicales.
Dado que la especie habita en los bosques siempreverdes, semideciduos y ocasionalmente bosques deciduos del cerro Santa Ana y la fila de Montecano, se estima un área de ocupación menor a 25 km2, o la suma de las superficies de ambas a altitudes superiores a 200 m. Esto la hace una de las especies de mamíferos con mayor grado de endemismo.
Se considera altamente amenazada por tener un área de ocupación muy reducida, por existir en solo dos localidades y porque la calidad de su hábitat ha tenido una declinación continua. Considerando el tamaño pequeño de su área de ocupación y el escaso número de ejemplares colectados (catorce, según información del Libro Rojo), es de esperarse que los niveles poblacionales sean muy bajos. Todo esto, sumado al grado de intervención que enfrenta su hábitat, hace posible que su clasificación cambie en el futuro a un estado crítico cuando se disponga de mayor información sobre su biología e historia natural.
Durante un reciente estudio en Montenano, la especie no fue capturada a pesar de un esfuerzo de muestreo de 150 trampas-noche en el mismo lugar donde anteriormente se colectaron los únicos ejemplares conocidos de esta localidad, siendo probable que el tamaño de la subpoblación haya declinado. La especie no ha sido evaluada por la IUCN.
La causa principal de la destrucción del hábitat es el sobrepastoreo asociado a la ganadería caprina que realizan los pobladores de las cercanías del cerro Santa Ana y de la fila Montecano. Pese a que los bosques naturales de Paraguaná se encuentran dentro de áreas legalmente protegidas, la intervención antrópica es un factor negativo importante en la fila de Montecano y en bosques circundantes.
Existe abundante información que señala desforestaciones frecuentes por parte de pobladores, para obtener madera en pequeña escala y crear conucos. El futuro se vislumbra más incierto ya que se prevé la construcción de infraestructuras turísticas y el desarrollo de algunos proyectos.
Los Taques: cueva de murciélagos bigotudos
Forma parte de la unidad turística de la península de Paraguaná. Es uno de los tres municipios que conforman la Zona Libre de Inversión Turística de la Península de Paraguaná.
El municipio Los Taques desarrolla el producto turístico «Playas del Oeste» que abarca desde la localidad de Villa Marina hasta las cercanías de La Macolla, representa la oportunidad de alta inversión y mediana densidad que generarán puestos de trabajo en fase de construcción y posteriormente en el desarrollo de la actividad turística. Pero también posee un atractivo único y peculiar, se trata la famosa Cueva El Pico, patrimonio natural perteneciente a esta jurisdicción paraguanera. En la primera mitad del siglo pasado era explotada con la finalidad de extraer y comercializar el guano, producto generado por los murciélagos.
Esta cueva ha sido habitada por las cinco clases de murciélagos cavernícolas de Paraguaná; durante cuatro meses del año es transformada en uno de los primeros lugares de reproducción del murciélago polinizador y dispersor de las semillas del cardón de dato.
Yostín Briceño, hizo referencia a que el Murciélago Bigotudo es una de las cuatro especies de murciélagos endémicas de Venezuela. Además de tener una distribución geográfica restringida a la península de Paraguaná, actualmente se encuentra clasificada como En Peligro en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.
De acuerdo a su descripción en el Libro Rojo de Fauna venezolana, este murciélago es estrictamente insectívoro y de interés agrícola, pues su dieta, que se basa exclusivamente en artrópodos, está en su mayor parte compuesta por insectos perjudiciales. Es de tamaño pequeño, y su cuerpo apenas alcanza entre 6,5 y 7 cm, con la cola bien desarrollada que sobresale de la superficie dorsal y media del uropatagio y que mide entre 2 y 2,8 cm. Las orejas son alargadas, puntiagudas y en forma de embudo. Presenta unos bigotes largos y densos, y el labio inferior, con un pliegue ancho y sobresaliente, tiene numerosas protuberancias de forma redondeada. Su coloración dorsal es parduzca pálida y algunos individuos presentan manchas claras en el pelaje.
Los cambios en el uso del suelo, la frecuente perturbación humana en los dormideros diurnos y el envenenamiento con agropesticidas provenientes de las operaciones de cultivo son algunas de las principales amenazas que afectan a esta especie. A pesar de su estado de conservación y la urgente necesidad de proteger sus áreas de alimentación, el uso del hábitat de esta especie no ha sido bien documentado, según investigación Ángela Martino de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM) Centro de investigaciones en Ecología y Zonas Áridas; Dulce Borges, Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM) Ambiente y Tecnología Agrícola y Jafet M Nassar del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC ) Centro de Ecología Doctor. PH.
Cabe destacar que en Paraguaná las cuevas están ubicadas de la siguiente manera: El Guano se localiza en la parroquia Buena Vista, las de Piedra Honda y Jacuque, en la parroquia Jadacaquiva, municipio Falcón y la cueva El Pico, se ubica en la parroquia Santa Cruz de Los Taques; conforman un Área Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE). Fueron declaradas por el Ejecutivo Nacional como Santuario de Fauna Silvestre, el 5 de junio del año 2008.
Carirubana: Tarántula azul y otros más
El municipio Carirubana, conocido como una jurisdicción de inversión comercial y turística, posee uno de los pulmones vegetales más importante de Paraguaná. Se trata del Monumento Natural Cerro Santa Ana, situada en la parroquia que lleva su mismo nombre. Esta área natural protegida fue declarada como Monumento Natural el 14 de junio de 1972.
El cerro Santa Ana de Paraguaná, contrasta por su verdor, en medio del paisaje semiárido que lo rodea, debido a cambios progresivos en la humedad, favorecidos por la altitud y los vientos. Por lo tanto, refugia diversidad de fauna y flora única de la región.
En este sentido, nuestro entrevistado Yostín Briceño del zoológico Paraguaná, nos habló sobre una de las especies que se ve amenazada a extinción, la Tarántula azul. Aunque este arácnido predomina en los tres municipios de la península de Paraguaná: Falcón, Carirubana y Los Taques. Al igual que el rantocillo mochilero que subsiste en el cerro de Santa Ana.
La tarántula azul puede alcanzar los 13-15 cm de tamaño total. Posee un patrón de coloración muy característico: cefalotórax generalmente verde-azul metálico, apéndices azul metálico y abdomen variable, entre anaranjado brillante y marrón claro. Presenta pelos urticantes abdominales de tipo III y IV, distribuidos en dos zonas paramedianas conectadas entre sí, ubicadas en la región posterior del abdomen. Es un depredador activo que se desplaza por el suelo y su dieta está compuesta principalmente por insectos.
Es una especie endémica de la península de Paraguaná. Su riesgo de extinción no ha sido evaluado a nivel internacional (IUCN 2014), sin embargo, la experiencia de Briceño esta especie está en la categoría En Peligro.
El zoo cuidador, explica que, debido al desconocimiento de los paraguaneros, se piensa que la tarántula azul es dañina y que puede matar, lo cual no es cierto, y también por el sobrepastoreo de chivo y ovejo, ocasionando que sus hogares se vean afectados.
Debido a su belleza, su popularidad entre coleccionistas y al hecho de ser fácil de encontrar y capturar, la principal amenaza a su supervivencia posiblemente sea la extracción ilegal para su venta como mascota o pieza de colección fuera de Venezuela. Aunque se adapta con facilidad a los terrarios y es capaz de completar su ciclo reproductivo en cautiverio, es común observar su captura para su exportación ilegal. Asimismo, los turistas que visitan la zona de modo habitual la aprehenden por simple curiosidad. Otro factor de riesgo inquietante es la pérdida o modificación de su hábitat debido al crecimiento urbano, ya que parte de su distribución se encuentra dentro del bosque caducifolio de Paraguaná, considerado En Peligro Crítico, según Libro Rojo de Fauna de Venezuela.
Durante la entrevista, Yostín Briceño, resalta que la mejor manera de proteger a las especies amenazadas, es concientizar acerca de estos de estos animales, fomentar la educación ambiental e iniciar proyectos de conservación y reforestación.
Los efectos que las especies en peligro de extinción, pueden causar desequilibrios ambientales, debido a que cada especie cumple una función, para mantener un balance en la naturaleza, si las especies amenazadas llegaran a desaparecer, entonces dominarían las especies más propensas a ser invasoras, tales como ya lo son la rata y la paloma doméstica, refiere.
También explica Briceño que una especie que se considera en peligro de extinción cuando está distribuida por debajo de los 5.000km², se ven desniveles en la población y declinación, son estudios y conteos, que se van haciendo cada 3 años o una década, sin embargo, destacó que no hay un registro de porcentajes en números estadísticos ya que en el estado Falcón no se cuentan con biólogos o personas que se dediquen a esa labor, y si lo hay no cuentan con el apoyo o recursos necesarios de instituciones u ONG´s.
Finalmente, el zoo cuidador del Zoológico Paraguaná, insta a concientizar a niños y jóvenes locales y orientar a los turistas para no extraer estas especies de la naturaleza. El establecimiento de alguna medida legal o decreto de protección es necesario para evitar o reducir su captura ilegal.
Redacción e infografías Rut Cuauro Chirinos.
Cactus24 (16-06-2023)