Brendan Fraser volvió a la escena luego de años alejado de Hollywood y lo hizo recordando algunos divertidos momentos de su tiempo en los set de grabación.
Recientemente, el actor nominado al Óscar como mejor actor por su rol en el film “La Ballena”, visitó el programa “The Kelly Clarkson Show” y narró una anécdota un tanto tragicómica.
Durante el rodaje de “La Momia”, Fraser hacía de Rick O’Connell, personaje que es ahorcado en una escena. Sin embargo, lo que debía ser una simple recreación terminó con el actor casi muerto por asfixia.
“Estaba de puntillas con la soga al cuello y el director Stephen Sommer vino atropellado y me dijo: ‘Hey, no parece que realmente te estés asfixiando’”, comenzó narrando y agregó que, ante ello, tuvo que esforzarse un poco más. “De acuerdo, bien, una toma más”, recordó haber pensado entonces.
Momentos después, el set se acomodó y nuevamente se llevó a cabo otra toma de la escena pero, esta vez, intentando que pareciera más real.
“El tipo que sostenía la soga encima de mí empujó un poco más alto y yo estaba sobre los dedos de mis pies”, prosiguió Fraser pero, en un determinado momento, quedó sostenido en el aire mientras seguía siendo elevado y, por tanto, no tuvo posibilidad de moverse.
Fue allí cuando perdió el conocimiento: “Mi codo estaba en mi oído, el mundo estaba de lado, había grava en mis dientes y todos estaban muy callados”.
A los pocos minutos, el actor volvió en sí y fue sorprendido con una declaración de Sommer que, al día de hoy, no puede recordar sin largar una carcajada: “Felicidades, estás en el club. A Mel Gibson le pasó lo mismo en ‘Braveheart’”, le dijo el director mientras lo sumaba a la lista de quienes se desmayaron durante un rodaje.
Años atrás, en 1999, había declarado a David Letterman que, en esta escena, “técnicamente sí me morí. Un doctor me dijo que por 12 o 14 segundos”.
Este episodio, sin embargo, no fue el primero del estilo en su carrera. Una de las máximas estrellas de Hollywood de la década de los 90 y siempre líder en los ránking de galanes, se valió de su cuerpo para encarnar personajes de todo tipo a lo largo de sus años frente a cámara.
Esto lo llevó a subir y bajar de peso para determinados papeles y hasta a sufrir de una breve pérdida de la memoria tras pasar demasiado hambre en su intento por conseguir el escultural físico de “George de la Jungla”. Para este, además, entrenó ocho meses.