Especialistas afirman que el uso prolongado de mascarillas o tapabocas no provoca hipoxia (disminución de oxígeno en la sangre). Aunque indican que es cierto que su uso el aire que se respira múltiples veces se podría convertirse en dióxido de carbono, pero no se corre el riesgo de contaminación inmunológica, precisan.
Esta polémica se originó por una publicación compartida miles de veces en redes sociales asegura que el uso prolongado de cubrebocas puede causar hipoxia, que es la falta de oxígeno en la sangre.
Sin embargo, esa información es incorrecta. Tanto las mascarillas de uso médico como las ordinarias están diseñadas para permitir el paso de aire. La hipoxia está vinculada a padecimientos médicos más graves y preexistentes, aclaró doctor Alejandro Macías, quien fue el comisionado en México para atender el brote de influenza AH1N1, en 2009, dijo que los cubrebocas están diseñados para permitir el paso del aire, afirma AP.
La hipoxia puede causarse por inhalación de gases, tabaquismo, problemas cardiacos o exposición a grandes alturas, dijo el especialista.
Las mascarillas de uso común, agregó Macías, tienen el tejido más abierto y permiten el paso de aire, por lo que no se puede generar dióxido de carbono. “Están hechos de tela ligera que permite respirar. Para quien no está acostumbrado, puede resultar un poco incómodo”.
La OMS no menciona que las mascarillas pueden provocar hipoxia. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) tampoco advierten que sea un efecto secundario del uso prolongado de tapabocas.
Cactus24 (08-05-2020)