El placer de quedarse en la cama después que suena la alarma cinco o diez minutos provoca que el descanso no sea reparador si volvemos a dormirnos. Es muy probable que esto ya lo hayas hecho un millón de veces, tienes que saber que no es lo mejor para tu salud.
Para nadie es un secreto que despertarse temprano por las mañanas (y tener que levantarte) es una de las cosas más difíciles de tu día a día, por lo que posponer tu alarma para descansar es súper tentador.
El sueño cumple ciclos que le permiten al cuerpo recuperarse durante la noche y prepararse para encarar la próxima jornada. Si esto se ve alterado, el organismo sufre las consecuencias.
Cuando te despiertas y te vuelves a dormir inicia un nuevo ciclo de sueño y cuanto más lo interrumpe, más confundes y cansas al cerebro.
El resultado de esto es que inicia tu día más cansado de lo normal y de peor humor. Es decir, que la estrategia para lograr levantarte perjudica tu bienestar para el resto de la jornada.
Por otro lado, esos “5 minutitos más” en los que posponen el despertador también podría arruinar tu rendimiento. Según Robert S. Rosenberg, director médico del Centro de Trastornos del Sueño en Prescott Valley, de Estados Unidos, esta costumbre provoca somnolencia persistente.
“Apagar la alarma y volver a dormir ralentiza tu capacidad para tomar decisiones; hay un deterioro en la memoria y, en general, se ve perjudicado tu rendimiento”, indicó el experto.
Ante esto existe una solución sencilla: deja de lado el snooze y coloca la alarma cuando realmente te vayas a levantar. Aunque al principio pueda parecer muy complicado, si lográs repetir esta acción durante 60 días ya lo vas a convertir en un hábito y luego se realizará sin mucho esfuerzo.
Cactus24 (14-06-2019)