Cada 10 de junio se celebra el Día del bolígrafo. El motivo de esta celebre fecha se debe a que el húngaro (nacionalizado argentino) Ladislao José Biró, patenta en Buenos Aires el “bolígrafo”.
El nuevo producto fue lanzado al mercado bajo el nombre comercial de Birome (Acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne). Al principio los libreros consideraron que esos “lapicitos a tinta” eran demasiado baratos como para venderlos como herramienta de trabajo y los vendían como juguetes para chicos.
En su última entrevista, antes de fallecer, Biró afirmó: «Mi juguete dejó 36 millones de dólares en el tesoro argentino, dinero que el país ganó vendiendo productos no de la tierra sino del cerebro». Cuando comenzaron a promoverse se les llamaba “esferográfica” y se hacía hincapié en que siempre estaba cargada, secaba en el acto, permitía hacer copias con papel carbónico, era única para la aviación y su tinta era indeleble.
En 1943 licenció su invento a Eversharp Faber, de los Estados Unidos, en la entonces extraordinaria suma de USD 2.000.000, y en 1951 a Marcel Bich, fundador de la empresa Bic de Francia.
Cactus24 (10-06-2019)