El ministro de Exteriores, Josep Borrell, aseguró que la inhabilitación de Juan Guaidó en Venezuela «ha sentado muy mal» a los países que participaban este jueves en la II Reunión del Grupo Internacional de Contacto (GIC) y, aunque no es «optimista», pidió seguir avanzando hacia una solución política.
Así lo manifestó en una declaración a medios españoles tras salir de una reunión con el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, con la que dio inicio a una visita de tres días a este país para analizar las relaciones bilaterales y la cooperación española.
Preguntado por Efe, Borrell no cree que la decisión de inhabilitar a Guaidó estuviera dirigida «a esta reunión», sino que más bien se ha tomado «por procedimientos internos».
«Pero, en todo caso, ha sentado muy mal, ha caído muy mal, ha sido objeto de una rotunda condena y rechazo por parte de todos los países representados», señaló el jefe de la diplomacia española al recordar el contenido de la declaración final del encuentro.
La original, calificada por el ministro de «equilibrada», tuvo que ser enmendada a raíz de la inhabilitación, para «manifestar la rotunda condena, el rechazo absoluto» de los participantes, porque: «Así no vamos a ninguna parte».
«Hemos modificado la declaración para incluir esta condena, pero lo que es importante es que todos hemos decidido avanzar en el nivel más político -hasta ahora ha sido técnico- para intentar construir una hoja de ruta que permita llegar a la celebración de elecciones presidenciales», explicó.
La noticia de la inhabilitación llegó a Quito cuando las delegaciones de una docena de países de la Unión Europea (UE) y Latinoamérica, así como de varias organizaciones internacionales, estaban reunidos para analizar los hallazgos de cuatro misiones técnicas despachadas recientemente a Venezuela.
«Han hablado con unos y con otros. Sabemos sus posiciones e intentaremos encontrar un camino que pueda conducir a las elecciones presidenciales, que es el objetivo del GIC», explicó Borrell.
Y aseguró que con esa información se elaborará una «hoja de ruta» y, cuando se tenga, «a un nivel político más elevado, se volverá a visitar Venezuela para presentarla».
Aún así, señaló que «no es muy optimista».
En la que es la primera visita oficial de un ministro de Exteriores de España a Ecuador desde 2016, cuando sacudió el país un devastador terremoto, Borrell tiene previsto analizar las relaciones bilaterales en sus distintas proyecciones.
En su encuentro en el Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia, Moreno solicitó a España «más cooperación».
«Pide que los programas que voy a visitar (en la provincia de Manabí, oeste) se mantengan porque son importantes para el país y, también, material que les pueda servir para luchar contra el narcotráfico», declaró.
Se trata de material para la vigilancia de fronteras que España probablemente pueda ya «desclasificar» y que «aquí puede ser de mucha utilidad».
Tras asumir la presidencia en mayo de 2017, y tras años de permisividad, el Gobierno de Moreno lanzó una cruzada contra grupos narcotraficantes en su frontera con Colombia.
Ecuador también elevó nuevamente ante España el problema de que la UE exija a los ecuatorianos el visado Schengen en visitas de corta duración al territorio comunitario, y recordó que sus vecinos Perú y Colombia están exentos.
«España ha sido fundamental para ese espíritu de darle a Ecuador un derecho que no les ha sido negado a otros hermanos de Latinoamérica», refirió el mandatario ecuatoriano.
Borrell le reiteró en ese sentido el compromiso de España para seguir trabajando hasta conseguir el apoyo de sus socios comunitarios a una exención.
El presidente ecuatoriano recibió a Borrell poco después de una breve reunión que mantuvo con la alta representante europea de Política Exterior, Federica Mogherini, que acababa de copresidir la reunión del GIC.
En un guiño a su invitado, Moreno aprovechó la reunión para dar su apoyo a Borrell frente a la demanda de México de que España se disculpe por los «agravios» de la conquista hace quinientos años.
Y a la vez que se mostraba de acuerdo con que «hay que pedir perdón por los actos de acción y omisión (..) en contra de otros seres humanos», en un mismo suspiro consideró que se trata de «un mecanismo de ida y vuelta» y que, por lo tanto, habría que organizar entonces una «cadena de perdón muy grande».
«Ese tipo de hechos eran comunes por esos tiempos (..) Nuestros antepasados también lo hicieron en algún momento con otros pueblos», opinó el mandatario ecuatoriano al pedir a su colega mexicano, Manuel López Obrador, «dejarse ya del asunto y comenzar a trabajar mejor por el futuro».
Cactus24 (29-03-2019)