Mientras millones de personas enfrentaban despidos y recortes laborales durante la pandemia, Chrissy, una mujer de 32 años residente en Estados Unidos, encontró una oportunidad inesperada en el mundo digital. Expeluquera y mesera, decidió emprender en un nicho poco común pero sorprendentemente lucrativo: la venta de fotos y videos de sus pies en internet.
Lo que comenzó como una simple curiosidad en medio del confinamiento, se convirtió rápidamente en una fuente estable de ingresos. Actualmente, Chrissy genera alrededor de 5.000 dólares mensuales a través de plataformas como FeetFinder, OnlyFans y Fun With Feet, sin necesidad de un estudio profesional ni de millones de seguidores.
Un mercado insospechado y muy rentable
Chrissy descubrió que existe una gran demanda para el contenido personalizado relacionado con pies. Desde imágenes con temáticas específicas hasta videos con narrativas sugerentes, e incluso prendas usadas como calcetines, forman parte del portafolio que ofrece a sus clientes. Algunos han llegado a pagar hasta 500 dólares por un video exclusivo y más de 300 por una fotografía especialmente producida.
“Solo uso mi iPhone, una buena iluminación y un espacio limpio. No soy experta en tecnología, pero aprendí que la creatividad es más valiosa que el equipo profesional”, comentó en una entrevista.
Claves del éxito: cercanía y estrategia
La clave de su éxito no solo está en el contenido visual, sino en la forma en que lo promociona y gestiona su relación con los compradores. Chrissy utiliza redes sociales como Instagram y X (antes Twitter) para captar seguidores, promocionar su trabajo y mantener el contacto con su comunidad.
“Nueve de cada diez clientes no solo quieren ver, también quieren hablar”, asegura. Por eso, además de vender fotos y videos, ofrece atención personalizada a través de mensajes, escucha ideas y realiza encargos a medida, lo que le ha permitido fidelizar clientes y aumentar el valor de sus servicios.
Precauciones y límites
Pese a los ingresos envidiables, Chrissy toma precauciones para proteger su identidad. Opera bajo un seudónimo, cuida su privacidad y es consciente de los riesgos que implica este tipo de exposición en línea, como fraudes, robo de contenido y acoso.
Expertos en seguridad digital señalan que aunque este tipo de contenido es legal y consensuado entre adultos, requiere protocolos rigurosos para evitar que menores accedan o se vean involucrados, y para asegurar la protección de datos personales.
Cactus24 (06-07-2025)
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