Un hombre de 40 años en los EE. UU. tuvo que amputarse ambas piernas después de quemarse el pulgar de la mano derecha con una sartén durante un viaje de campamento.
Según People , Max Armstrong de San Diego estaba acampando con sus amigos en diciembre de 2024 cuando se quemó el pulgar con una sartén mientras cocinaba pasta para la cena. Al principio, no pensó nada al respecto. Sin embargo, a medida que pasaban los días, su pierna comenzó a hincharse, las uñas de los pies comenzaron a ponerse moradas y tenía dolor. Al mismo tiempo, la quemadura tampoco se curaba, a pesar de aplicar crema antibiótica y vendarla.
Cuando empezó a «hablar locuras» mientras dormía y las uñas de sus pies se pusieron moradas, «supe que tenía que ir a urgencias», dijo Armstrong al medio . Reveló que una vez que llegó a urgencias, sus ojos comenzaron a rodar hacia atrás. Los médicos confirmaron rápidamente que la bacteria Strep A había entrado en su quemadura y que eso rápidamente se convirtió en sepsis, que puede ser potencialmente mortal si no se trata adecuadamente.
«Al final de la noche, me encontraba en un coma inducido», dijo Armstrong. Los médicos le dijeron a su familia que había avanzado hasta el síndrome de shock tóxico y que su cuerpo se estaba autodestruyendo. Los médicos les dijeron que estuvieran preparados para la posibilidad de que «no lo lograra», recordó el hombre de 40 años.
Cuando despertó del coma, Armstrong dijo que tenía los pies completamente negros y que los médicos recomendaron amputarlos, ya que le dijeron que sería imposible salvarlos. «Al principio pensé: ‘No, de ninguna manera me van a quitar los pies'», compartió. Pero cuando intentó caminar en la fisioterapia, fue «tan doloroso» que «comencé a darme cuenta de que no iba a poder conservar los pies», dijo.
El señor Armstrong tuvo que pasar por una operación de tres horas para amputarle ambas piernas por debajo de las rodillas. Después de más de un mes de recuperación en el hospital, pudo volver a casa y aprender a vivir en silla de ruedas.
Armstrong reveló que estaba de cacería con amigos y que todo se convirtió en una pesadilla. «No le di mucha importancia, ya que he tenido quemaduras, raspones y cortes por vivir al aire libre toda mi vida. Después de cenar, limpié la quemadura, me puse una venda y me quedé allí. Lamentablemente, la cena fue suficiente para que la quemadura se contagiara de estreptococo A», dijo.
Cactus24 (19-02-2025)
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