En el ámbito de las infraestructuras visionarias, la idea de un túnel que conecte a Gran Bretaña y Estados Unidos siempre acapara la atención. Con un asombroso costo proyectado de 15,6 billones de libras, esta colosal iniciativa simboliza el esfuerzo por reducir las brechas físicas y reforzar la «relación especial» que abarca la brecha de 5.500 kilómetros que separa a los dos países.
Hoy en día, volar de Londres a Nueva York es una travesía de aproximadamente ocho horas, aunque los defensores de esta ruta transatlántica sueñan con acortar el viaje a la duración de un viaje de una mañana.
Lejos de ser una idea nueva, este concepto data de hace más de 100 años y prevé la creación de una ruta bajo el vasto océano Atlántico, con algunos segmentos que se hunden kilómetros de profundidad. Para tener una idea más clara, pensemos en el Eurotúnel, un túnel bastante modesto de 37 kilómetros bajo el Canal de la Mancha que une Inglaterra con Francia y cuya construcción llevó seis años.
Las teorías sobre cómo construir el túnel transatlántico varían enormemente: desde enterrarlo bajo el lecho marino hasta colocarlo sobre él, o incluso combinar ambos enfoques. Otra idea innovadora propone un túnel flotante, que flotará a unos 49 metros bajo la superficie, compuesto por innumerables secciones prefabricadas, todas ellas unidas de forma segura mediante cables.
Este diseño innovador permitiría que los trenes viajaran sin problemas entre continentes, evitando la inmensa presión de las profundidades marinas y los peligros marítimos de la superficie, informa el Express.
El consenso es que la estructura se construiría para viajes en tren en lugar de en automóviles, dado que los viajes en automóvil llevarían varios días y requerirían infraestructura adicional para el apoyo del conductor. En teoría, los Vactrains podrían alcanzar velocidades de hasta 5.000 mph, reduciendo el tiempo de viaje de Londres a Nueva York a solo 54 minutos.
Se ha propuesto la propulsión a chorro como medio para impulsar los vagones a alta velocidad, aunque este método requeriría un período de desaceleración de 18 minutos después de alcanzar la velocidad máxima para garantizar una llegada segura al destino. A pesar de los enormes costos y obstáculos logísticos asociados con la idea, los gobiernos de ambos lados del Atlántico no están considerando actualmente ninguna propuesta seria.
Aunque no se prevé la construcción de un túnel que conecte Europa con América del Norte en un futuro próximo, sí hay planes para una conexión entre Europa y África. A principios de este año, se informó de que un nuevo túnel submarino podría conectar España y Marruecos a finales de la década.
La Sociedad Nacional de Estudios del Estrecho de Marruecos (SNED) ha revelado que se están realizando esfuerzos para determinar la viabilidad de un proyecto tanto desde el punto de vista financiero como logístico. De construirse, el túnel abarcaría un tramo submarino de 27 kilómetros que alcanzaría profundidades de hasta 475 metros.
Cactus24 (06-12-2024)
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