La mujer murió sin saber nunca el verdadero valor de la enorme piedra de 3,5 kilogramos, que ahora se exhibe en un museo de la ciudad de Buzau.
Durante años, la utilizó como simple tope de puerta en su casa, sin saber que la piedra gigante era en realidad una pepita de ámbar valorada en más de un millón de euros.
La dueña de este ‘tesoro’ era una anciana rumana del pueblo de Colti, a unos 150 kilómetros al norte de Bucarest. Hace años, encontró la piedra junto al río y decidió llevársela a casa para usarla como tope de puerta. La pobre señora falleció en 1991, dos años después de la caída del régimen de Ceaușescu, sin darse cuenta de que la pieza de casi 3,5 kilogramos era, de hecho, una valiosa gema. Años después, la roca llamó la atención de un familiar que la heredó y la vendió al estado, que la clasificó como tesoro nacional.
Actualmente se exhibe en la colección del museo provincial del ámbar de Buzau, una ciudad-condado en el sureste de Rumanía conocida por sus yacimientos de esta piedra semipreciosa, en particular el ámbar negro, el tipo más valioso de esta resina fósil.
La piedra, cuya antigüedad se estima entre 40 y 70 millones de años, no solo pasó desapercibida para la buena señora, sino también para los ladrones que en una ocasión entraron en su casa y le robaron sus joyas sin percatarse de la gran pieza que mantenía abierta una de las puertas. De hecho, según los medios locales que han recogido la noticia, uno de los ladrones tropezó con ella, lo que provocó que apareciera una astilla en la roca, pero no se molestó en detenerse a examinar la causa de su tropiezo.
Buzau, donde se exhibe el tesoro en su museo, es rica en ámbar negro, dorado y rojo. Algunos ámbares aún contienen valiosos restos fosilizados de arácnidos, reptiles, plumas de aves y pelos de animales. Y como aprendimos en la película ‘Jurassic Park’ (1993), el ámbar es un mecanismo eficaz para preservar el ADN porque deshidrata y estabiliza a los animales y plantas atrapados en su interior.
Según la prensa rumana, los habitantes de Colti creen que los trozos de ámbar encontrados en sus montañas traen buena suerte y los guardan en sus casas, tal como lo hizo la anciana rumana.
El ámbar de este pueblo está considerado como uno de los más valiosos del mundo por su calidad y color. La pepita de ámbar que la mujer conservó hasta su muerte está considerada como una de las más grandes jamás encontradas.
CACTUS24 (05-09-24)
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