Yiseli Faldín Aré, una niña de ocho años, fue hallada sin vida en la comunidad de San Rafael, ubicado al Este de Bolivia.
Su cuerpo se encontraba enterrado y con múltiples signos de violencia.
Yiseli había salido de su casa el miércoles 7 de agosto para recoger un dinero de cambio que le debían en una tienda cercana, pero no regresó.
La preocupación creció con las horas, y sus padres, desesperados, decidieron presentar una denuncia de desaparición ante la Policía.
Agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) iniciaron una búsqueda y se dirigieron al negocio donde la niña fue vista por última vez.
Durante la investigación, los dueños del local, una pareja de adultos mayores, mostraron un comportamiento sospechoso y dieron respuestas contradictorias.
Posteriormente, admitieron tener conocimiento del asesinato y señalaron a su hija adolescente como autora del crimen.
Adolescente confiesa que el infanticidio fue un “sacrificio”
La adolescente de 17 años confesó ser la responsable del homicidio y condujo a la Policía al lugar donde había enterrado el cuerpo.
Yiseli fue hallada en una fosa cercana a su hogar, con más de 30 marcas de apuñalamiento y cubierta con un plástico azul. El cuerpo fue trasladado a la morgue de la comunidad de San Ignacio de Velasco para la autopsia correspondiente.
El fiscal a cargo de la investigación, Víctor Hugo Cervantes, reveló que la joven confesó haber cometido el crimen como un “sacrificio”.
En su dormitorio, los investigadores encontraron imágenes y objetos relacionados con el satanismo.
Las autoridades detuvieron a la autora confesa, quien enfrentará juicio en el sistema penal juvenil por asesinato; sus padres, y un tío, acusados de complicidad por ayudar a enterrar el cuerpo y encubrir el crimen.
Cactus24 12-08-24
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