El ejército israelí bombardeó el miércoles la Franja de Gaza y protagonizó enfrentamientos con milicianos de Hamás, al día siguiente de anunciar que tenía pronta una “ofensiva” contra el movimiento libanés Hezbolá en el cada vez más tenso frente norte del país.
Testigos y la Defensa Civil de Gaza, gobernada por Hamás, informaron de la muerte en bombardeos israelíes en el oeste de Rafah, en el sur del territorio palestino, donde al menos siete personas murieron, según fuentes médicas.
El ejército israelí había anunciado el fin de semana una “pausa” diaria en los combates en una carretera clave situada al este de Rafah, para facilitar el suministro de ayuda humanitaria, coincidiendo con la fiesta musulmana del Eid al Adha.
Sin embargo, un portavoz de la ONU afirmó que “esto todavía tiene que traducirse en la llegada de más ayuda a la gente que lo necesita”.
Más de ocho meses de guerra, desencadenada por el ataque de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, han dejado al territorio palestino al borde de la hambruna, según la ONU.
El punto de paso de Rafah, una ciudad fronteriza con Egipto, ha estado cerrado desde que las tropas israelíes irrumpieron en esa localidad a principios de mayo, y el cercano puesto de Kerem Shalom, en la frontera israelí, “opera de forma limitada, también debido a los combates en la zona”, señaló el portavoz adjunto de Naciones Unidas Farhan Haq.
En las últimas semanas, hubo “una mejora” en el suministro de ayuda en el norte de la Franja, pero “un drástico deterioro en el sur”, explicó el vocero a la prensa.
“Hay artículos básicos en los mercados del sur y del centro de Gaza. Pero […] muchas personas no se los pueden permitir”, alertó.
La guerra en Gaza derivó en un incremento de las tensiones en la región, con las fuerzas israelíes y el movimiento chiita libanés Hezbolá, respaldado por Irán y aliado de Hamás, enfrentándose casi a diario en la frontera entre Israel y Líbano.
Bombardeos en el sur de Líbano
El ejército israelí afirmó el martes por la noche que “se aprobaron y validaron planes operativos para una ofensiva en Líbano”. Horas después, sus aviones bombardearon sitios de Hezbolá en el sur de Líbano.
La agencia nacional de noticias libanesa dio cuenta de bombardeos israelíes contra varias áreas del sur del país en la mañana del miércoles, incluyendo el pueblo fronterizo de Khiam, donde un fotógrafo de AFP observó una gran humareda.
Por su parte, Hezbolá reivindicó el ataque con un dron contra fuerzas israelíes cerca de la ciudad fronteriza de Metula, y más tarde el ejército israelí anunció que el movimiento libanés lanzó “aproximadamente 15 proyectiles” hacia Kiryat Shemona, en el norte de Israel, de los que “muchos fueron interceptados”.
Hezbolá reivindicó el disparo de “decenas de cohetes Katyusha” y notificó la muerte de cuatro de sus combatientes.
“Guerra total”
El anuncio del ejército israelí de que sus planes sobre una ofensiva en Líbano habían sido aprobados y una advertencia del canciller israelí Israel Katz, que amenazó con destruir a Hezobolá en una “guerra total”, coincidieron con una visita a Beirut de Amos Hochstein, un emisario del presidente estadounidense Joe Biden que viajó a la región con el objetivo de rebajar tensiones.
La guerra entre Israel y Hamás estalló el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas mataron a 1.194 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento basado en datos oficiales israelíes.
El ejército israelí estima que 116 personas secuestradas siguen en Gaza, de las que 41 habrían muerto.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ha dejado al menos 37.396 muertos en Gaza, también civiles en su mayoría, según el Ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por Hamás desde 2007.
Bombardeos “indiscriminados”
A nivel interno, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de derecha, enfrenta una oleada de críticas por su gestión de la guerra de Gaza y por no haber logrado que los rehenes sean liberados.
Tanto Netanyahu como su ministro de Defensa, Yoav Gallant; y tres líderes de Hamás, son objeto de órdenes de arresto emitidas por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Un informe de la ONU publicado este miércoles recoge seis bombardeos israelíes “indiscriminados y desproporcionados” que mataron a al menos 218 personas en los dos primeros meses de la guerra.
Los bombardeos implicaron “el uso sospechoso” de bombas pesadas, indica el documento, un tipo de armas cuyo suministro interrumpió Estados Unidos en mayo, por temor a que Israel las usara en su ofensiva contra Rafah.
Los bombardeos apuntaron contra zonas “densamente pobladas”, como campos de refugiados, una escuela y un mercado, afirmó la oficina de Derechos Humanos de la ONU, que apuntó que el uso de bombas pesadas “probablemente constituya un ataque indiscriminado prohibido”.
Cactus24 19-06-24
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