Agotada y sin opciones después de consultar dos clínicas veterinarias, Kristie Pereira tomó la desgarradora decisión el año pasado de llevar a su cachorro desesperadamente enfermo a un refugio en Maryland (EEUU) para que le practicaran la eutanasia.
Así que la semana pasada se sorprendió al encontrar al perro en adopción en la misma organización de rescate de mascotas donde lo había conseguido.
“Tengo muchas preguntas, pero ante todo quiero que vuelva conmigo”, dijo Pereira a The Associated Press el viernes.
Pereira, que ahora vive en San Antonio, dijo que estaba trabajando desde su casa en Maryland cuando pagó $450 a fines de 2022 para adoptar una mezcla de sabueso de 2 meses de un grupo local, Lost Dog & Cat Rescue Foundation.
Llamó al cachorro Beau y rápidamente los dos se volvieron inseparables. Beau se acurrucaba junto a ella mientras trabajaba, dormía en su cama e incluso la acompañaba cuando Pereira salía de la casa. Pero en cuestión de semanas, quedó claro que algo andaba mal con el cachorro, dijo Pereira.
Un veterinario concluyó que lo más probable es que el problema fuera neurológico. Los análisis de sangre mostraron que el perro podría tener un problema hepático, por lo que enviaron a Pereira a casa con enzimas hepáticas y le dijeron que «vería una mejora bastante rápida» si el problema era el hígado de Beau.
La condición del perro no hizo más que empeorar. El veterinario del perro, el veterinario principal de la clínica y un veterinario de la sala de emergencias de animales coincidieron en que la incapacidad del perro para controlar sus intestinos y levantar sus patas traseras indicaba un problema neurológico grave, dijo Pereira.
El costo de realizar una serie de pruebas para averiguarlo, dijo, se estimó en 12.000 dólares. A pesar del impacto de la etiqueta, Pereira, de 32 años, que trabaja en marketing digital, dijo que habría encontrado una manera de pagarla si eso hubiera salvado a Beau.
En cambio, le dijeron que «hay muy pocas posibilidades de encontrar lo que está mal», recordó. «E incluso si lo hacemos, hay una posibilidad aún menor de que sea algo que podamos solucionar».
Fue entonces cuando comenzaron a sugerir que podría ser más humano sacrificar al cachorro. Ella no estaba lista para considerar esa opción, dijo, y se resistió un mes más.
Durante todo el proceso, dijo Pereira, estuvo consultando al personal de Lost Dog & Cat Rescue.
“Honestamente, quiero decir, después de hablar con ellos fue cuando realmente sentí, ya sabes, que iba a hacer lo correcto al menospreciarlo”, dijo Pereira. “Realmente me dieron ese apoyo y ese aliento que, aunque es difícil, a veces es lo mejor que se puede hacer”.
Después de varias noches de insomnio con Beau claramente sufriendo, Pereira dijo que llevó a Beau a Servicios para Animales del Condado de Montgomery en Derwood, Maryland, a fines de marzo de 2023 y pagó $15 para que le aplicaran la eutanasia. Le dijeron que la política del refugio no permite que las personas se queden con sus mascotas mientras las sacrifican.
Fue durante una visita para ver a su madre en Maryland la semana pasada que la curiosidad la llevó al sitio web del rescate para ver los perros en adopción y vio la foto de Beau. El cachorro era más grande pero tenía las mismas marcas y llevaba el nombre que le había dado el rescate antes de adoptarlo: Amos Hart, basado en un personaje del musical “Chicago”.
Las llamadas al refugio confirmaron que su perro no había sido sacrificado después de que los veterinarios pensaron que no era necesario. En cambio, el refugio llamó a Lost Dog & Cat Rescue y les devolvió el cachorro.
El rescate confirmó ese viernes en una declaración escrita, brindando un cronograma extenso que muestra que sus veterinarios no encontraron problemas neurológicos en el perro. Después de pruebas que diagnosticaron un problema hepático y una cirugía de $7,000 (pagada a través de una campaña de GoFundMe), el perro fue declarado sano.
Nada de eso fue compartido con Pereira, quien dijo el viernes que pagaría el costo de $7,000 para recuperar a Beau. Le tomó varios días a alguien en el rescate devolverle las llamadas, dijo, y cuando lo hicieron, no era nadie con quien Pereira había hablado antes.
“La persona que me llamó fue muy grosera e irrespetuosa y realmente desagradable conmigo”, dijo, rompiendo a llorar. “Solo digo, ya sabes, que lo abandoné y que lo dejé morir. Que nunca me preocupé por él”.
A Pereira le dijeron que el perro “nunca volverá contigo”. Entonces la persona colgó.
La portavoz de rescate, Chloe Floyd, no respondió preguntas sobre si alguien en el rescate le dijo esas cosas a Pereira. Pero ella defendió la decisión de no devolver al perro.
“LDCRF no realoja a un perro entregado por su dueño con su antiguo adoptante/propietario”, dijo Floyd en su declaración escrita. «Nuestra misión es salvar de la eutanasia a los perros adoptables y seguros para la comunidad».
El rescate reconoció que había hablado con Pereira durante su deliberación sobre si sacrificar al cachorro, pero dijo que le había dejado claro la importancia de llevar al perro a un veterinario que le permitiera estar con el animal cuando fuera sacrificado. . Si no pudiera hacerlo, subrayó, el equipo de rescate se llevaría al perro.
Tanto el rescate como el refugio culparon a Pereira por no dar su consentimiento para las pruebas exhaustivas para ver si sufría problemas neurológicos.
Caroline Hairfield, directora ejecutiva de Servicios para Animales del Condado de Montgomery, dijo que está obligado por contrato a devolver los animales entregados al rescate y que tiene las manos atadas.
Hairfield dijo de Pereira que “todo el mundo siente algo por ella”, pero que depende del rescate si le devolverá el perro.
«Esa es una cuestión civil entre ellos dos», dijo. «Hace un año que no tenemos al animal a nuestro cuidado».
El perro seguía disponible para adopción el viernes en el sitio web del rescate.
Cactus24// 27-05-2024
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