El ejército israelí continuó el jueves sus ataques sobre la Franja de Gaza, a pesar de la amenaza de Estados Unidos de suspender los envíos de ciertas armas si se produce un asalto contra la ciudad de Rafah, en el sur.
El destino de esta urbe en la frontera con Egipto así como de los rehenes tomados por Hamás en su ataque contra Israel están en el centro de las negociaciones indirectas para una tregua, que se reanudaron en El Cairo.
Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), unas 80.000 personas han huido de Rafah desde el 6 de mayo, cuando Israel ordenó la evacuación de los palestinos que vivían en el este de la ciudad.
“El precio que están pagando estas familias es insoportable”, dijo la agencia en un mensaje en la red X, afirmando que “ningún lugar es seguro” en la Franja de Gaza.
En la madrugada del jueves, un equipo de AFP escuchó intensos disparos de artillería en Rafah y el ejército israelí informó de bombardeos contra “posiciones de Hamás” en el centro del territorio palestino.
Con el objetivo de presionar a Hamás, Israel ha lanzado incursiones en la parte oriental de Rafah y amenaza con ampliar la ofensiva a toda la ciudad que, según la ONU, acoge a 1,4 millones de palestinos, en su mayoría desplazados.
Las operaciones militares de Israel en Rafah y su paso fronterizo “tienen como objetivo obstruir los esfuerzos de los mediadores”, afirmó en un comunicado Ezzat al-Rishq, miembro del buro político de Hamás.
En una entrevista con CNN, el presidente estadounidense, Joe Biden, amenazó con suspender el envío de proyectiles de artillería y otras armas a Israel “si entran en Rafah”.
El embajador israelí en la ONU, Gilad Erdan, respondió a la radio pública de su país que era “una declaración difícil y muy decepcionante de parte de un presidente al que hemos estado agradecidos desde el comienzo de la guerra”.
En la víspera, un alto responsable estadounidense confirmó bajo anonimato que ya habían suspendido un envío de bombas pesadas usadas por Israel contra ciudades gazatíes en esta guerra.
“Han muerto civiles en Gaza como consecuencia de estas bombas” y eso “está mal”, dijo Biden.
Disparos constantes en Rafah
El ejército israelí asegura preparar una ofensiva “limitada” en Rafah que, según su inteligencia, es el último bastión de Hamás.
Sus tropas ya han desplegado tanques en la zona y tomaron el control del paso fronterizo con Egipto por donde hasta ahora entraba la mayoría de los convoyes humanitarios para el enclave palestino.
También cerraron durante tres días el paso fronterizo israelí de Kerem Shalom, cerca de Rafah, atacado por disparos de cohetes poco después de su reapertura el miércoles, dijo el ejército.
Los soldados continuaron el miércoles sus “incursiones selectivas en el lado gazatí del paso fronterizo de Rafah, en la parte oriental” de la ciudad, afirmaron las fuerzas armadas.
“Hay disparos de artillería israelíes ininterrumpidos e indiscriminados en el este y el centro de Rafah, que han dejado numerosos muertos y heridos”, dijo Ahmed Radwan, un responsable de Defensa Civil en Gaza.
“Tenemos mucho miedo”, contaba un residente de la ciudad, Mouhanad Ahmad Qishta. “Incluso las zonas presentadas como seguras por el ejército israelí son bombardeadas”.
“Puntos de desacuerdo”
El conflicto estalló el 7 de octubre cuando comandos islamistas entraron al sur de Israel y mataron a 1.170 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos oficiales israelíes.
Más de 250 personas fueron secuestradas en el ataque. Después de un canje de rehenes por presos palestinos durante una tregua en noviembre, las autoridades israelíes estiman que 128 permanecen en Gaza, aunque 36 habrían muerto.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que ya ha dejado 34.904 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado desde 2007 por Hamás.
En El Cairo, los mediadores en este conflicto (Catar, Egipto y Estados Unidos) reanudaron el miércoles las negociaciones indirectas para una tregua que permita liberar a rehenes y evitar un asalto a Rafah.
El lunes, el movimiento Hamás, considerado terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, había dado luz verde a una propuesta de acuerdo presentada por los mediadores.
Según Jalil al Hayya, un alto cargo del grupo islamista, la propuesta contemplaba tres fases de 42 días cada una e incluye una retirada israelí de Gaza y un canje de rehenes por presos palestinos con el objetivo de llegar a un “alto el fuego permanente”.
Pero Israel considera que estas condiciones están “lejos de sus exigencias” y reiteró su oposición a un alto el fuego definitivo hasta que Hamás no sea derrotado.
Cactus24 09-05-24
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