El Telescopio Espacial James Webb ha capturado las imágenes infrarrojas más nítidas hasta la fecha de uno de los objetos más distintivos de nuestros cielos, la Nebulosa Cabeza de Caballo. Las observaciones muestran una parte de la icónica nebulosa bajo una luz completamente nueva, capturando su complejidad con una resolución espacial sin precedentes.
La nebulosa se formó a partir del colapso de una nube interestelar de material y brilla porque está iluminada por una estrella caliente cercana. Las nubes de gas que rodean a la Cabeza de Caballo ya se han disipado, pero el pilar que sobresale está hecho de gruesos grupos de material que es más difícil de erosionar. Los astrónomos estiman que a la Cabeza de Caballo le quedan unos cinco millones de años antes de que también se desintegre. La nueva vista de Webb se centra en el borde iluminado de la parte superior de la estructura distintiva de polvo y gas de la nebulosa.
Gracias a los instrumentos MIRI y NIRCam de Webb, los astrónomos han podido revelar por primera vez las estructuras a pequeña escala del borde iluminado de la Cabeza de Caballo. También han detectado una red de características estriadas que se extienden perpendicularmente al frente y que contienen partículas de polvo y gas ionizado arrastradas en el flujo fotoevaporativo de la nebulosa. Las observaciones también han permitido a los astrónomos investigar los efectos de la atenuación y emisión de polvo, y comprender mejor la forma multidimensional de la nebulosa.
A partir de ahora, los astrónomos pretenden estudiar los datos espectroscópicos que se han obtenido de la nebulosa para evidenciar la evolución de las propiedades físicas y químicas del material observado a través de la nebulosa.
Cactus24 30-04-2024
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