Nunca antes, desde finales de la década de los 70′ que se mudó a esta casa, Gustavo Navarro había pasado por un momento tan desagradable como el que junto a su familia ha experimentado durante todo el mes de abril por las aguas negras que rodean su casa, la de otros vecinos y la fosa de la cauchera de Yovanny Ramírez.
El caudal de aguas negras se extiende varios metros por la avenida Ramón Antonio Medina, sentido oeste-este, pero fluye desde un extremo de la casa de Gustavo Navarro en la intersección de la entrada hacia el sector San José donde mismo está la cauchera, cuya fosa amanece inundada todos los días, impidiendo a los empleados trabajar.
La inundación sería mayor de no haber sido porque Gustavo improviso canales gracias a los cuales las aguas fluyan a la avenida. No obstante, es tanto el caudal que forma una especie de quebrada y laguna interna que se extiende a la cauchera.
La familia Navarro, que tiene varios miembros asmáticos, lleva 25 días sometida a la fetidez, al hedor; expuestos al sulfuro de hidrógeno, un gas tóxico presente en las aguas residuales.
Están a su vez expuestos a la contaminación odorífera caracterizada por olores ofensivos que hacen que las personas se expongan a la irritación de garganta, pérdida del apetito, náuseas, dolor de cabeza, insomnio, estados de ánimo, entre otras afectaciones.
Entre la alcaldía, pero sobre todo Hidrofalcón pudiera venir la solución, pero de ésta última instancia habrían alegado que el camión que deben emplear para destrabar el tramo caído, está fuera de Coro.
Respecto a la obstrucción que provocó por primera vez la anegación en cuatro décadas, hay rumores de un posible trabajo de un tercero que afectó el sistema. En todo caso, esperan que la hidrológica haga la caridad de solucionar.
Cactus24 (24-04-2024)
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