Dentro de las celebraciones de fin de año, uno de los elementos más presentes son los fuegos artificiales, aunque estos pueden conllevar daños contaminantes para la atmósfera y la salud respiratoria de la población.
Cuando se utiliza la pirotecnia se liberan una serie de partículas en el aire, conocidas como material particulado (PM).
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), el material particulado “es una mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas que se encuentran en el aire”, estas se pueden emitir debido a incendios, obras de construcción, vehículos automotores y las industrias.
Además de las fuentes mencionadas, los fuegos artificiales también producen PM, que pueden inhalarse y provocar problemas de salud como el asma, problemas cardiovasculares, además de reducir la función pulmonar.
Una exposición prolongada con estas emisiones incrementa la posibilidad de generar condiciones respiratorias como la tos, flema y aumentar el riesgo de una rinitis alérgica, infección respiratoria o, en el peor de los casos, cáncer de pulmón, según información de la National Library of Medicine.
Otros elementos contenidos dentro de los fuegos artificiales, como el polvo de aluminio, podrían tener un efecto fibrogénico en los pulmones, y otros componentes, como el cromo de bario, es citotóxico y genotóxico para las células pulmonares humanas.
Es aconsejable situarse en un lugar donde la corriente de viento no envíe directamente a las partículas de las emisiones, o alejarse más del sitio de la explosión pirotécnica./VF.
Cactus24 (22-12-2023)