El Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto votar el viernes una resolución para aumentar la ayuda a la Franja de Gaza, tras las advertencias de que la guerra entre Israel y Hamás arrastra a la población palestina a la hambruna.
También prosiguen los esfuerzos diplomáticos para lograr una tregua en el conflicto, desatado por un ataque sin precedentes del movimiento palestino Hamás contra Israel el 7 de octubre.
Con el deterioro acelerado de las condiciones en Gaza, el Consejo de Seguridad está en plenas negociaciones sobre una resolución para incrementar la entrega de ayuda.
El último borrador consultado por la AFP, que debe ser votado el viernes, pide «medidas urgentes para permitir inmediatamente el acceso seguro y sin obstáculos de la ayuda humanitaria, y también para crear las condiciones para un cese duradero de las hostilidades».
Pero no pide un fin inmediato de los combates.
Con el respaldo de Estados Unidos, Israel ha rechazado el término «alto el fuego». El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó el miércoles que no habría alto el fuego en Gaza hasta la «eliminación» de Hamás.
Según Linda Thomas-Greenfield, embajadora estadounidense ante la ONU, su país apoyará la resolución si fuera «presentada en su forma actual».
La guerra estalló el 7 de octubre cuando combatientes de Hamás irrumpieron en suelo israelí, donde mataron a unas 1.140 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras israelíes. También secuestraron a unas 250 personas.
Israel prometió destruir al grupo islamista y lanzó un incesante bombardeo en Gaza, junto a una ofensiva terrestre, que dejó al menos 20.000 muertos, en su mayoría mujeres y niños, según Hamás, que gobierna el territorio.
Toda la población del enclave se verá confrontada en las próximas seis semanas a riesgos elevados de inseguridad alimentaria, alertó un informe de la ONU sobre la vigilancia del hambre.
«Durante semanas hemos advertido que, con tales carencias y destrucción, cada día que pasa traerá más hambre, enfermedad y desesperación al pueblo de Gaza», publicó Martin Griffiths, jefe humanitario de la ONU, en la red social X.
«Ya basta»
La ONU calcula que 1,9 millones de gazatíes han sido desplazados, de una población de 2,4 millones.
Muchos de ellos viven en refugios abarrotados, con dificultades para conseguir comida, agua, combustible y medicamentos.
«Mi mensaje es poner fin a esta humillación», imploró Fuad Ibrahim Wadi, quien se encuentra en un invernadero en Rafah. «Esta guerra no hace más que destruir. Ya basta».
Tras fuertes presiones, Israel aceptó abrir temporalmente el viernes el paso fronterizo de Kerem Shalom para entregar ayuda a Gaza sin tener que ir al puesto de Rafah, en la frontera con Egipto.
Pero el portavoz del secretario general de la ONU, Stephane Dujarric, afirmó que la agencia de la ONU para refugiados palestinos (UNRWA), «no podía recibir camiones» de ayuda en Kerem Shalom tras un «ataque de drones», y que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) suspendió las operaciones.
El presidente israelí, Isaac Herzog, había afirmado previamente que su país permitiría el ingreso de hasta «400 camiones diarios» con ayuda.
Diplomáticos en la región han urgido enviar más ayuda al territorio.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, David Cameron, declaró en Egipto: «Todo lo que se pueda hacer debe hacerse para que la ayuda llegue a Gaza».
El presidente francés, Emmanuel Macron, abordó el jueves en Jordania con el rey Abdulá II cómo agilizar la entrega de asistencia humanitaria.
Presión creciente
Israel ha acusado a Hamás de usar escuelas, mezquitas, hospitales y una extensa red de túneles como bases militares, algo que el grupo islamista rechaza.
El portavoz militar Daniel Hagari declaró el jueves que las fuerzas israelíes mataron a más de 2.000 combatientes palestinos desde el fin de la tregua de una semana, el 1 de diciembre.
Un recuento en la web del ejército israelí reveló que 139 de sus soldados han muerto desde el inicio del asalto terrestre en Gaza, el 27 de octubre.
Un bombardeo israelí contra una casa en Rafah dejó el viernes cinco muertos, informó el ministerio de Salud de Hamás.
Israel está cada vez más presionado por sus aliados para que proteja a los civiles.
Según juristas consultados por la AFP, las dos partes del conflicto podrían ser acusadas de crímenes de guerra.
Distanciados
Catar, con apoyo de Egipto y Estados Unidos, medió un acuerdo de tregua en noviembre que permitió liberar a 105 rehenes, 80 de ellos israelíes, a cambio de 240 prisioneros palestinos.
Esta semana creció la esperanza de que Israel y Hamás estén más cerca de una nueva tregua para liberar a los restantes 129 rehenes, después de que el líder de Hamás visitara Egipto e Israel mantuviera conversaciones al respecto en Europa.
No obstante, las posturas públicas de Israel y Hamás sigue muy alejadas.
El brazo militar de Hamás afirmó el jueves que el objetivo israelí de eliminarlo está «condenado al fracaso» y que las nuevas liberaciones de rehenes dependen del «cese de las hostilidades».
La guerra también repercutió en otras partes de Oriente Medio, con incidentes frecuentes en la frontera israelí con Líbano, y lanzamientos de misiles de los rebeldes hutíes de Yemen contra buques de carga en el mar Rojo.
Cactus24 22-12-23