La tregua entre Israel y Hamás entra el lunes en su último día con negociaciones en marcha para prolongar este acuerdo que permitió la liberación de rehenes y prisioneros y la entrada de ayuda de emergencia a la Franja de Gaza.
El movimiento islamista palestino afirmó en un comunicado que busca «prolongar la tregua más allá de estos cuatro días» con el objetivo de «aumentar el número de prisioneros liberados» como estaba previsto en el acuerdo.
Una fuente cercana a Hamás dijo a la AFP que la organización ha «informado a los mediadores» que son partidarios de una extensión de «dos a cuatro días».
El acuerdo, negociado por Catar con el apoyo de Estados Unidos y Egipto y efectivo desde la madrugada del viernes, prevé cuatro días de tregua, el acceso ayuda humanitaria a Gaza, la liberación de 50 rehenes de los más de 200 retenidos en Gaza y la excarcelación de 150 presos palestinos en prisiones israelíes.
Desde el viernes, 39 rehenes y 117 presos palestinos fueron liberados en virtud de este acuerdo. Otros 24 rehenes, mayoritariamente tailandeses que trabajaban en Israel, fueron liberados al margen del acuerdo.
Una cláusula del acuerdo permite ampliarlo para liberar a diario una decena de rehenes a manos de Hamás a cambio de una treintena de presos palestinos en Israel.
«Volveremos a nuestro objetivo»
Entre los rehenes liberados el domingo figura una niña de cuatro años de nacionalidad estadounidense, Abigail, que se quedó huérfana en el ataque de los milicianos de Hamás contra Israel del 7 de octubre.
Según un funcionario estadounidense, su madre murió ante sus ojos y su padre fue asesinado mientras intentaba protegerla. Abigail, que cumplió cuatro años en cautividad, se refugió en casa de unos vecinos, donde fue secuestrada.
«Ha sufrido un trauma terrible», dijo el presidente estadounidense, Joe Biden, quien se mostró partidario de prolongar la tregua.
«Mi objetivo y el nuestro es garantizar que esta pausa continúe más allá de mañana (lunes) para que podamos ver más rehenes liberados y más ayuda humanitaria», dijo el dirigente norteamericano.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se mostró ambiguo al respecto.
«Las disposiciones prevén la liberación de diez rehenes más cada día y es una bendición. Pero también he dicho al presidente que después del acuerdo volveremos a nuestro objetivo: eliminar a Hamás», dijo.
El dirigente israelí, que el lunes solicitará al gobierno un presupuesto «de guerra» de 30.000 millones de séqueles (unos 8.000 millones de dólares), dijo el viernes desde Gaza que la ofensiva continuará «hasta la victoria».
Israel lanzó su ofensiva contra este territorio después del ataque de Hamás del 7 de octubre, de una violencia y una magnitud no vista desde la fundación del Estado hebreo en 1948.
Las autoridades israelíes cifran en 1.200 las personas muertas a manos de los milicianos de Hamás y en alrededor de 240 los secuestrados que fueron llevados a la Franja de Gaza.
Entre los muertos hay más de 300 militares o integrantes de las fuerzas de seguridad israelíes.
En este enclave, sometido a incesantes bombardeos y a una ofensiva terrestre desde el 27 de octubre, la ofensiva israelí dejó 14.854 muertos, entre ellos 6.150 menores de 18 años, según el Ministerio de Salud controlado por Hamás. Además, la Defensa Civil de Gaza cifra en 7.000 el número de desaparecidos.
«200 camiones diarios»
La tregua ofreció un respiro a los gazatíes, pero la situación humanitaria sigue siendo «peligrosa» y las necesidades «sin precedentes», estimó la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
La ONU indicó que 248 camiones de ayuda entraron desde el viernes en la Franja de Gaza, donde Israel aplica desde el 9 de octubre un «asedio total» sin suministro de agua, comida, electricidad o medicinas.
«Deberíamos enviar 200 camiones diarios durante al menos dos meses para responder a las necesidades», dijo a la AFP Adnan Abu Hasna, portavoz de UNRWA, que afirmó que en ciertos sectores no había «ni agua potable, ni comida».
«Hablan de suministrar ayuda y carburante, pero llevo en la gasolinera desde hace nueve horas y todavía está cerrada», dijo el domingo Bilal Diab, un palestino interrogado por la AFP en Jan Yunis (sur).
El ejército israelí, que considera el tercio norte de la Franja como una zona de guerra, ordenó a la población evacuar esa área y prohibió el regreso de los civiles durante la tregua.
Pese a ello, miles de habitantes de Gaza aprovecharon el cese de la violencia para intentar volver a sus casas en el norte.
En la ciudad de Gaza, transformada en un campo de ruinas, los habitantes caminaban entre montañas de escombros, por calles rodeadas de inmuebles devastados, según imágenes de la AFP.
Más de la mitad de las viviendas del territorio resultaron dañadas o destruidas por la guerra, que provocó el desplazamiento de 1,7 de los 2,4 millones de habitantes, señaló la ONU.
Los hospitales del sur de la Franja continúan recibiendo numerosos heridos evacuados del norte, donde casi todos los centros sanitario están inoperativos.
Cactus24 27-11-23