jueves, mayo 2, 2024
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Cinco situaciones que ameritan una terapia de pareja

¿Tu pareja no hace más que reprocharte las cosas? ¿Sientes que ya no hay complicidad en tu relación? Hay muchas razones por las que asistir a terapia. Te las explicamos

A la hora de acudir a una terapia de pareja, en la mayoría de los casos, hay ciertos miedos, dudas y reticencias. «¿De verdad alguien podrá ayudarme con lo que mi compañero/a y yo pasamos ahora?». «¿Cómo voy a abrirme a un desconocido y explicarle lo que nos sucede?». Lo más importante es dejar caer estas alambradas y escepticismos y confiar en los profesionales.

Una de las causas más comunes que motivan a solicitar este recurso es la mala comunicación. Sin embargo, también es frecuente ir por problemas sexuales, dificultades en la crianza de los hijos, adicciones a la pornografía o la pérdida de confianza en la otra persona. A continuación, te describimos en profundidad todas las razones por las que vale la pena dar el paso.

Motivos para ir a una terapia de pareja
Las terapias de pareja tienen como objetivo aliviar el sufrimiento y ofrecer herramientas con el fin de mejorar la dinámica de la relación. La meta es siempre facilitar el acercamiento de las dos personas para que se avive de nuevo el afecto, florezca la confianza y se dé paso a una etapa más satisfactoria. En otros casos, el terapeuta es un guía que motiva, de forma inteligente y sana, el fin del vínculo.

Las razones por las que se solicita la ayuda de estos profesionales son muy amplias. Las causas no están solo en la conflictividad o los clásicos problemas de comunicación. Muchas veces, a nivel clínico, nos encontramos con personas que no superan sus traumas. Esto, a menudo, afecta la relación. Toma nota de más orígenes asociados.

1.Comunicación deficiente
Cuando la comunicación se vuelve ineficaz o agresiva, es posible que la terapia ayude a expresar mejor los pensamientos y las emociones. Ten en cuenta que la buena dinámica conversacional es el pilar de toda relación sexoafectiva.

Asimismo, es importante no dejar que esa interacción deficiente se extienda en el tiempo. En caso de hacerlo, las desavenencias se enquistan y el desafecto creará heridas profundas. Te describimos cuáles suelen ser, por término medio, los problemas de comunicación más recurrentes en una pareja:
Crítica constante
*Falta de escucha activa
*Comunicación pasivo-agresiva
*Optar por el silencio ante un enfado
*El diálogo es unidireccional (habla solo uno)
*Negación y evitación a la hora de hablar de los problemas.

  1. Conflictos recurrentes
    Esta es una realidad muy común en las consultas. A veces, te ves atrapado/a con tu compañero/a en un ciclo de conflictos constantes sin resolución. No sabes muy bien por qué, pero cualquier situación termina en reproches, discusiones y en una gran tensión emocional. En este escenario, un terapeuta es clave para identificar patrones y encontrar soluciones.
  2. Falta de intimidad
    En la terapia se pueden abordar los problemas relacionados con la intimidad sexual y la emocional. Gracias al paradigma terapéutico que aplique el psicólogo/a se resuelve un amplio espectro de situaciones como las siguientes:

Problemas emocionales
La intimidad emocional en la pareja se pierde cuando ya no se comparten pensamientos, emociones, sueños, miedos y preocupaciones de manera abierta y sincera. Si es tu caso, lo que experimentarás es una falta de conexión profunda con el ser amado. Un psicólogo facilita estrategias para crear acercamientos y reencontrarte con el ser amado de forma auténtica.

*Falta de deseo sexual
*Problemas de rendimiento sexual
*Falta de comunicación sobre el sexo
*Problemas de confianza y/o autoestima
*Diferencias en las preferencias o deseos sexuales
*Aparición de la rutina en el ámbito erótico y sexual
*Posibles historias clínicas de trauma o abuso sexual previo.

  1. Infidelidades
    ¿Perdonar o seguir adelante? Las traiciones e infidelidades conforman una las experiencias más dolorosas en una relación. Afrontarlas y saber qué hacer no es una tarea sencilla. En estos casos, un terapeuta orienta y apoya para reconstruir la confianza tras una traición.

Por otro lado, si a lo largo del proceso terapéutico se decide que lo mejor es poner fin a ese vínculo, el profesional también brinda estrategias para hacerlo del modo más adecuado. Si ahora mismo transitas por una vivencia de este tipo, habla con tu pareja. Hay abordajes basados en la evidencia que permiten afrontar estas realidades de forma óptima.

  1. Dificultades familiares
    La crianza de los niños, el trabajo, las aspiraciones personales y las de tu compañero/a y hasta los problemas con tus padres o suegros. Ser pareja implica, con frecuencia, lidiar con todo un entramado de dinámicas sociofamiliares. A veces, todas estas responsabilidades generan estrés y cuesta bastante cuidar de la relación y, a la vez, cumplir con todas las obligaciones.

El asesoramiento en terapia de pareja te ofrecerá poderosas habilidades para encontrar la armonía en cada una de estas esferas. Poder atender desde las propias necesidades, sin descuidar las del ser amado o las de los hijos es un pilar nuclear. Y, en efecto, hay recursos terapéuticos muy útiles en ese sentido que te ayudarán a afrontar con éxito estos problemas.

En terapia, los corazones de las parejas se abren y las palabras se vuelven puentes hacia la comprensión mutua. En ese espacio seguro y guiado por un terapeuta, se sanan heridas relacionales, se desvelan las vulnerabilidades y se entrenan nuevas fortalezas. Si lidias con alguna de las situaciones aquí descritas, acude sin temor a un profesional con tu compañero/a.

Es una oportunidad para tratar un futuro más resiliente juntos. Es en estas terapias donde las personas se habilitan en valiosas herramientas de comunicación y compromiso mutuo. Vale la pena dar el paso, porque no solo se repara el propio vínculo relacional, a nivel personal también resulta muy enriquecedor.

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