Científicos de la NASA compartieron frente a una gran audiencia en el en el Centro Espacial Johnson en Houston, Texas, los primeros análisis realizados a las muestras del asteroide Bennu, que la misión OSIRIS-Rex trajo a la Tierra, después de un viaje espacial de siete años.
Las muestras de polvo y roca de Bennu recogidas en la misión espacial OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification and Security – Regolith Explorer) de la NASA, contienen evidencia de un alto contenido de carbono y agua, que en conjunto podrían indicar que los componentes básicos de la vida en la Tierra.
“La muestra OSIRIS-REx es la muestra de asteroide rica en carbono más grande jamás enviada a la Tierra y ayudará a los científicos a investigar los orígenes de la vida en nuestro propio planeta para las generaciones venideras”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson, que encabezó la conferencia de prensa mundial transmitida en directo por NASA TV.
“Casi todo lo que hacemos en la NASA busca responder preguntas sobre quiénes somos y de dónde venimos. Las misiones de la NASA como OSIRIS-REx mejorarán nuestra comprensión de los asteroides que podrían amenazar a la Tierra y, al mismo tiempo, nos permitirán vislumbrar lo que hay más allá. La muestra ha regresado a la Tierra, pero aún queda mucha ciencia por hacer: ciencia como nunca antes habíamos visto”, agregó el jefe de la NASA.
Los científicos no podían creer la gran cantidad de material que la sonda espacial recolecto en octubre de 2020 en el cuerpo espacial. Cuando abrieron la tapa de la cápsula se encontraron que el polvo del asteroide había inundado todo. En lugar de tener 60 gramos de material en el receptáculo de muestra, tenían unos 250 gramos en total. Por eso, adelantaron que hasta ahora se han analizado el polvo y material rocoso que se esparció en los distintos compartimentos y que todavía no abrieron el depósito original destinado a recoger dichas muestras.
Dante Lauretta, investigador principal de OSIRIS-Rex, explicó que la muestra fue traída a la Tierra en un recipiente que la protegió en el camino. El dispositivo tocó la superficie del asteroide y recogió la muestra “como una aspiradora, excepto que al revés porque estamos en el espacio sin aire”, dijo Lauretta.
“Lo primero que notaron los científicos fue polvo negro y partículas alrededor del borde exterior donde se había depositado el sello. Todo había sido empujado hasta el borde del recipiente, dejando un tesoro científico increíble”, precisó.
“En la actualidad, los científicos están trabajando meticulosamente a través de una caja de guantes para documentar los especímenes. Es un trabajo duro, desafiante y no avanza rápidamente, pero debemos hacerlo bien” para mantener las muestras impecables para los futuros científicos, afirmó Francis McCubbin, curador astronómico del Centro Espacial Johnson de la NASA./Infobae.