En el Club Bolívar, en plena zona colonial de Coro, bajo la sombra de los árboles, se llevó a cabo la primera Feria del Dulce de Cabra, evento asociado al Día Internacional del Dulce de Leche, una efemérides del 11 de octubre de 1998 que se atribuye al Centro Argentino de Promoción del Dulce de Leche y Afines para reconocer tan delicioso manjar, patrimonio cultural alimenticio y gastronómico de varios países.
Para quienes vienen a Coro, por ejemplo, llevarse uno o varios dulces de leche es un regalo obligado y prueba fehaciente de que quien lo obsequia realmente estuvo en Santa Ana de Coro. No en vano, la venta en la zona colonial y mayoría de parroquias del municipio Miranda conforman un cadena comercial que ha favorecidos a cada familia, algunas de las cuales participaron este miércoles en la primera edición de la feria impulsada por el alcalde Henry Hernández.
Esta primera edición reunió a productores de larga trayectoria y otros que, atraídos por este manjar, también se han sumado a la tradición.
«La intención es que prestadores de servicio turístico y personas que trabajan con este rubro tengan mejores condiciones para llevar a cabo esta actividad» expresó el alcalde quien entregó reconocimiento a un grupo de productores que han dedicado toda una vida a esta gastronomía.
El Secretario de Turismo, Yves Marcano, consideró que a partir de la implementación de esta feria, se refuerza lo que ha sido una identidad gastronómica de Falcón tanto en dulces como en diferentes platos autóctonos.
La primera feria tuvo una importante participación de productores de las parroquias como Guzmán Guillermo, Mitare, entre otros, donde productores han establecido sus marcas, gracias a las cuales se han dado a conocer regional y en el país.
Además de la exhibición de los diferentes dulces y afines, la feria tuvo un acto cultural con una coreografía y baile por parte de mujeres de la tercera edad o adultas mayores.
Entre ellas sobresalió Flor María Colina Giménez, de 83 años, una de las fundadoras de los sectores populares como Zumurucuare y La Cañada, ocupadas por sus padres, sobrevivientes de la hambruna de 1912 y de la batalla de Perico, en Pecaya, en 1903.
Cactus24 (11-10-2023)
