De acuerdo a una nota de prensa del Observatorio Venezolano de Violencia Trujillo (OVV Trujillo), en lo que va del año (entre enero-julio) se registraron 72 delitos en la entidad, de los cuales 39% fueron agresiones, 20% corresponde a homicidios; 11% robos; 9,7% violencia sexual; 8% tentativa de homicidios y un 4% amenazas de muerte.
Las agresiones, que incluye lesiones graves o leves, fue el delito con mayor ocurrencia registrado a través de prensa, durante los meses de enero a julio de 2023. En la mayoría de los casos el móvil está relacionado con riñas y otros conflictos, entre ellos violencia en el ámbito familiar y robos.
Según los datos del Observatorio de prensa (OP) del OVV Trujillo, en el 54% de los casos las víctimas fueron personas del sexo masculino, mientras que un 43% pertenecen al sexo femenino. La motivación del delito estuvo relacionada con violencia basada en género (42,85%), conflictos interpersonales (32%), provecho ilícito (14%) y trastornos de conducta (3,57%).
En el 21,42% de los hechos los victimarios fueron mujeres y entre ellas el 66,6% adolescentes en edades entre los 14 y 16 años.
En cuanto a la distribución espacial de las agresiones en la entidad trujillana, el municipio Boconó concentra la mayor cantidad de hechos con 16, le siguen en orden descendente Candelaria y Valera con 3 sucesos cada uno, San Rafael de Carvajal (2) y Carache, Miranda, Pampán, Pampanito y con 1 caso cada uno.
Johny Humbría, coordinador del OVV Trujillo, considera que las agresiones tanto graves como leves son un delito que evidencia una tendencia de violencia interpersonal. Considera que en lo que respecta a la prevención de violencia y seguridad en la entidad, no hay una política que logre impactar de manera positiva en la reducción de la criminalidad. En consecuencia, los programas de prevención han tenido falencias y no han respondido al fenómeno de la violencia de manera contundente.
Esos hallazgos indican que la violencia es generalizada: violencia contra mujeres, contra niñas, niños y jóvenes, robos, hurtos, asesinatos, es decir, en Trujillo se presentan categorías de violencia, que van desde lo intrafamiliar hasta los homicidios.
A diferencia de otras regiones, en Trujillo, la violencia criminal no solo está concentrada en las ciudades, zonas marginales u hogares específicos. Acá no hay distinción, de allí la curva de sinuosidad que se presenta cuando se analiza la violencia desde lo territorial. Aunque pareciera que la violencia forma parte de la cotidianidad de los trujillanos, es importante su comprensión en el análisis de políticas públicas.
Finalizó Humbría, señalando que el OVV Trujillo sigue estudiando el fenómeno de la violencia más allá de la subjetividad, de allí que sólo analiza los fenómenos que ocurren en la realidad, aquello que son públicos y notorios. Esto, con la finalidad de separar la tasa real de violencia en la entidad, del fenómeno de percepción que se tiene de la violencia.
Redacción: Andrea Briceño.