Un equipo internacional de investigadores ha descubierto una nueva variante genética en personas de ascendencia africana que parece restringir la replicación del VIH tras el inicio de la infección.
Aunque se necesita más investigación para confirmar sus hallazgos, el descubrimiento es un gran paso adelante para la investigación del VIH, que durante mucho tiempo ha afectado a las poblaciones africanas.
El descubrimiento, procedente de un análisis combinado de casi 3.900 individuos, también podría allanar el camino hacia el desarrollo de nuevos fármacos antivirales, tal y como han hecho en el pasado las variantes genéticas previamente identificadas.
En la actualidad, el VIH afecta a unos 39 millones de personas en todo el mundo, aunque está claro que el virus no afecta a todas las personas de la misma manera. Pero aparte de las casualidades genéticas en un gen llamado CCR5, las demás variantes genéticas conocidas, que se cree que confieren cierta resistencia al VIH, no siempre han resistido el escrutinio cuando los científicos han intentado replicar los resultados.
Además, los estudios genéticos se han realizado principalmente en poblaciones caucásicas de ascendencia europea, mientras que la mayoría de las infecciones se producen en África y afectan en su inmensa mayoría a personas de ascendencia africana.
Más recientemente, los investigadores han empezado a estudiar las poblaciones africanas. En 2021 se descubrieron variantes genéticas en Botsuana que parecen aumentar la susceptibilidad de las personas a las infecciones por VIH o impulsar la progresión de la enfermedad.
En este nuevo estudio sobre personas africanas que viven con el VIH-1 — el tipo más común del virus — los investigadores descubrieron lo contrario: un conjunto de 16 variantes genéticas que parece limitar la replicación del VIH.
Las variantes se agrupaban en torno a un gen del cromosoma 1 denominado CHD1L. Una sustitución genética concreta que encabeza la lista de variantes asociadas a niveles bajos del virus en el periodo más crónico de la infección.
Se trata de una buena noticia porque, este nivel también conocido como carga viral de referencia, es un indicador del riesgo de transmisión y de la probabilidad de progresión de la enfermedad en las infecciones crónicas por VIH.