El pasado 24 de julio, el venezolano Juan Salas, conocido por burlar la seguridad de ciertos eventos en el país, fue capturado en Chile por robar en el Ministerio de Cultura, acción que ya había intentado en otros ministerios, de acuerdo a la información ofrecida por las autoridades del país suramericano.
Tras su detención en un ostentoso departamento de Tocopilla, a las afueras de Santiago donde realmente residía, se conoció que entró de manera ilegal pues no existe ningún registro de su ingreso a tierras chilenas. Además, acumula robos no solo en Venezuela sino también en Colombia.
El oriundo de Ciudad Ojeda y quien padece de esquizofrenia cayó preso después ingresar al Palacio Pereira, situado en la región metropolitana de la capital chilena, donde funciona el Ministerio de las Culturas, para robarse el par de procesadores.
Conocido como ‘el hombre invisible’, Juan fue el mismo que en el año 2005 se escabulló entre la seguridad del evento y se subió al escenario para saltar sobre el piano en el que cantaba Franco de Vita, durante su presentación en el Miss Venezuela.
En el 2006 le dio un susto al entonces candidato presidencial Manuel Rosales, por quien lanzó consignas a su favor, pero fue detenido por el personal de seguridad. Asimismo, en el año 2007 llegó al 4F y mientras el expresidente Hugo Chávez ofrecía su discurso, Salas lo sorprendió y logró conseguir la promesa de Chávez de arreglar la casa de su mamá en el Zulia.
Un año después, el criollo volvió a hacer de las suyas y en esa ocasión fue en un evento llamado “Concierto de la Paz”, realizado en el estado Táchira, allí se subió al escenario y tomó por sorpresa al español Alejandro Sanz.
Luego de cinco años de no haber aparecido públicamente, en el 2013 su nombre vuelve a sonar y no precisamente por una acción bajo su responsabilidad, y es que, en el acto de juramentación de Nicolás Maduro, su primo Yendri Sánchez fue quien dio la cara y asustó al presidente en el hemiciclo, donde también estaba Salas. Ambos fueron detenidos en el Sebin y les realizaron exámenes psiquiátricos.
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En el año 2020, las autoridades de Santa Marta, Colombia, ofrecían una recompensa de 3 millones a quien diera información sobre el venezolano, quien había robado objetos de valor en algunas parroquias de la ciudad donde se hacía pasar como empleado de las curias y hasta como estudiante de seminario.
Esta era la excusa que le servía a Juan para ganarse la confianza de los clérigos y poder robar cómodamente. “En un momento de descuido el hombre subió, entró a mi habitación y se robó un celular y dinero en efectivo”, comentó el padre Juan José Mercado, detalla Meridiano.
