Hasta 450.000 personas en Estados Unidos pueden haber desarrollado una enfermedad alérgica rara y potencialmente mortal asociada a las garrapatas que se desencadena al comer carne roja, según datos sanitarios federales publicados el jueves.
El síndrome alfa-gal, a veces conocido como alergia a la carne roja, se produce cuando una garrapata pica a una persona e inyecta una molécula de azúcar que se encuentra en su saliva. En algunas personas, ese azúcar provoca una reacción alérgica, que puede desencadenarse aún más al comer carne roja, incluida la de vacuno, cerdo y cordero, porque la carne también contiene el azúcar, conocido como alfa-gal. Otros productos alimenticios procedentes de mamíferos, como la leche de vaca, otros productos lácteos y la gelatina, también pueden provocar reacciones alérgicas. Las reacciones pueden ser leves, como urticaria y erupciones cutáneas con picor, o más graves, como dificultad para respirar y bajadas de tensión. (El alfa-gal no se encuentra en peces, reptiles, aves ni personas).
Aparte de evitar esos alimentos y productos, no existe tratamiento ni cura.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en Estados Unidos cada vez hay más pruebas que relacionan esta afección alérgica con la garrapata estrella solitaria, una garrapata agresiva que se encuentra en el este del país, pero es más común en el sur. La garrapata estrella solitaria -la hembra adulta tiene un punto blanco o “estrella solitaria” en la espalda- también transmite varias otras enfermedades, entre ellas la recientemente identificada como enfermedad por el virus Heartland, que puede provocar fiebre, fatiga y, en los casos más graves, hospitalización y muerte, según los CDC.
Según los expertos, los veranos más largos, el aumento de las temperaturas y la expansión de especies de garrapatas como la garrapata estrella solitaria aumentan las probabilidades de exposición humana a patógenos en una zona geográfica más extensa.
En dos informes publicados el último jueves, los investigadores de los CDC proporcionaron la primera estimación nacional de la distribución geográfica y la magnitud de esta afección emergente. Entre 2010 y 2022, hubo más de 110.000 casos sospechosos de síndrome alfa-gal, según uno de los informes. Eso incluye datos de pruebas de un laboratorio que fue el principal laboratorio comercial responsable de casi todas las pruebas de este tipo en los Estados Unidos antes de 2022.
Pero los investigadores dicen que el número de personas que pueden haber sido afectadas es mucho mayor. Debido a que el diagnóstico requiere una prueba positiva y un examen clínico, muchas personas que podrían tener la afección pueden no hacerse la prueba porque no tienen acceso a la atención médica. Los CDC estiman que hasta 450.000 personas podrían haberse visto afectadas por esta afección desde 2010, según las autoridades.