Los policías tomados como rehenes por presos de centro detención preventiva de La Morita, estado Aragua, cobraban por todo: por dejarles pasar la comida, por acceso al agua y cocina eléctrica para cocinar, por trasladarlos a los tribunales, por la estadía en determinadas celdas, por permitir la visita de familiares, según denunciaron los mismos privados de libertad.
Ese contexto fue lo que generó el motín y que fuesen tomados de rehén los tres funcionarios y la funcionaria a quienes los presos «garantizaron la integridad»