El documento escrito a mano de una grieta en el sofá es sin duda el testamento de Aretha Franklin.
La legendaria cantante falleció de cáncer en agosto de 2018. En ese momento, los administradores del patrimonio no tenían conocimiento de ningún testamento. Sin embargo, tiempo después, la sobrina de Franklin, Sabrina Owens, descubrió dos cartas escritas a mano con fecha del 31 de marzo de 2014 y 2010, respectivamente. Los documentos provocaron una disputa entre los hijos de la creadora de éxitos ‘Respect’.
Mientras que Kecalf y Edward Franklin argumentaron que el documento escrito más tarde debería contar como un testamento, su hermano Ted White II argumentó que la carta de 2010 era legítima. Sin embargo, un jurado ha encontrado ahora que el dúo de Franklin tiene razón. Los cuatro hijos de Aretha fueron mencionados en todas las cartas de herencia conocidas: deberían compartir las ganancias de las ventas de su música. La única diferencia en los documentos era que el testamento anterior nombraba a Ted como albacea. En un texto posterior de 2014, su nombre fue reemplazado por el de Kecalf. Este último le dijo a Sky News después de la decisión de la corte: «Estoy muy, muy feliz. Solo quería que se respetaran los deseos de mi madre».
Durante años, los administradores del patrimonio de Franklin habían pagado deudas e impuestos atrasados, mientras ingresaban las regalías por derechos de autor y propiedad intelectual.
El legado de una diva
La muerte de Franklin en Detroit puso fin a seis exitosas décadas de carrera en la que la reina del soul interpretó gospel, R&B, jazz, blues y hasta música clásica.
CACTUS24 (12-07-23)