A un mes de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), Lisboa se prepara para recibir al papa Francisco, que participará en el multitudinario evento pese a sus problemas de salud, y a alrededor de un millón de jóvenes peregrinos, según los organizadores.
«No tenemos plan B, sólo un plan F para Francisco», dice sin cese el obispo auxiliar de Lisboa, Américo Aguiar, al frente del comité de organización local de este encuentro mundial de jóvenes católicos.
«El papa Francisco es una gran fuerza de atracción para los jóvenes, que tienen una relación con la Iglesia muy distante», asegura.
En la sede de la fundación JMJ en Lisboa, situada en unas antiguas instalaciones militares, unos 300 voluntarios trabajan para movilizar a los jóvenes en todo el país, responder a sus pedidos o gestionar las acreditaciones de más de 3.000 invitados y periodistas previstos del 1 al 6 de agosto.
Más de 300.000 peregrinos de 151 países ya confirmaron su participación, y los organizadores estiman que las JMJ congregarán el doble o el triple de personas, o sea, alrededor de un millón.
Entre los peregrinos ya inscritos, «tenemos a jóvenes de todos los países del mundo, incluso de las longitudes y latitudes más alejadas», dice a la AFP Aguiar, precisando que los españoles son los más numerosos, seguidos de italianos, franceses y portugueses.
El papa Francisco, de 86 años y que fue operado en el abdomen a principios de junio, ya confirmó su presencia en el encuentro.
La visita de cinco días del pontífice argentino está marcada por un programa especialmente cargado.
Entre los múltiples encuentros que tiene previstos, figura uno con víctimas de agresiones sexuales cometidas por el clero portugués. Una comisión de expertos independientes estableció que al menos 4.815 menores habían sido víctimas de pederastia en el país desde 1950.
Cactus24 03-07-23