Tras la rescisión de su acuerdo de colaboración con Spotify, por el que recibieron 20 millones de dólares y que sólo se materializó con la producción de un podcast que ya ha sido cancelado, los duques de Sussex se hallan bajo «mucha presión» para evitar un desenlace parecido con el contrato que todavía les une a la plataforma Netflix. El príncipe y la antigua actriz tienen que proponer a la compañía nuevas y atractivas ideas lo antes posible, como alertan fuentes de su círculo cercano, para que no peligre un vínculo profesional que se cifra, en este caso, en 100 millones de dólares.
El proyecto estrella que concibió la antaño protagonista de ‘Suits’ para satisfacer las exigencias de Netflix era una serie de animación llamada ‘Pearl’. Basada en sus propias vivencias y desafíos, la serie pretendía inspirar a las niñas de todo el mundo a la hora de luchar por sus sueños, pero la propuesta fue cancelada antes incluso de que pudieran comenzar las labores de producción propiamente dichas. A día de hoy, el único producto de relevancia que lleva la firma conjunta de Netflix y los Sussex es la serie documental ‘Harry y Meghan’, que se emitió el pasado mes de diciembre: pese a la gran expectación que suscitó la idea, lo cierto es que terminó decepcionando a quienes esperaban revelaciones mucho más jugosas sobre su vida y sus conflictos con la casa real británica.
El portal de noticias Page Six ha sacado a relucir ahora uno de los planes que ha urdido el ‘royal’ para poder salvar el acuerdo, que implicaría prescindir momentáneamente de su esposa. Harry pretende protagonizar en solitario un documental que refleje el amor que siempre ha sentido por África, continente que ha visitado con mucha frecuencia desde su infancia. El hijo de la malograda Diana de Gales ha abanderado buena parte de las causas sociales que en su momento asumió su madre, fomentando además la inversión económica y humanitaria para el desarrollo de los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
«Obviamente, Harry tiene muchas raíces en África. Una idea que está explorando es la de mostrar la mejor cara del continente, la que siempre le ha hecho sentir como en casa», ha señalado un informante al medio estadounidense. Que Meghan no vaya a involucrarse directa o visiblemente en el proyecto nada tendría que ver con una posible fricción entre la duquesa y la compañía, sino que respondería más bien a una decisión estratégica para poner el foco en la experiencia vital de Harry y, sobre todo, en el legado solidario de Lady Di. La entonces princesa de Gales viajó a África en 1997, el mismo año de su muerte, para participar en una campaña histórica para la erradicación de las minas antipersona.