sábado, abril 27, 2024
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Cuando la vocación no se lleva bien con el hambre: la realidad de los docentes y maestros paraguaneros ante la crisis

En la edición pasada, se abordó el aumento de las tareas dirigidas y clases particulares en los tres municipios de la península de Paraguaná ante la crisis educativa que se viene acarreando desde el año 2016, cuando comenzaron las renuncias masivas y el éxodo de los profesionales de la enseñanza en las aulas de clases para migrar a otros países escapando de la crisis económica y social en el país.

La educación venezolana continuó “dándose contra la pared” ante la llegada del Covid-19, la pandemia y ahora con los salarios “insuficientes” de los docentes y maestros de todas las escalas de la educación, cuya voz de protesta fueron elevadas con más fuerza desde el pasado enero del 2023, cuando los profesionales de la enseñanza han exigido al Gobierno Nacional mejoras salariares.

El gremio pide un salario de 400 o 500 dólares mensuales, un monto que les alcance para cubrir la canasta básica de alimentos fijada en poco más de 450 dólares, según el Centro de Documentación y Análisis de la Federación de Maestros. El ajuste representaría un aumento de 3.000% partiendo del salario base, unos 15 dólares al cambio.

La demanda responde al proceso de dolarización de facto que vive el país desde 2018, cuando se relajó el férreo control cambiario que llevó a establecimientos a ofrecer los precios de productos y servicios en dólares, empujados también por la acelerada inflación, según reporte France 24.

Lea también: Tareas dirigidas aumentan en Paraguaná ante la crisis de la educación venezolana

En este sentido, Cactus24 presenta en esta segunda edición las condiciones salariales de los docentes y maestros en Paraguaná.

La consulta se hizo por medio de WhatsApp, en donde hubo una participación de 17 profesionales de la educación en sus tres niveles de primaria, media general y universitaria: 9 del municipio Carirubana; 5 de Los Taques y 3 del municipio Falcón.

En esta consulta los encuestados manifestaron que el sistema educativo “cada vez está más precario”, principalmente por el deterioro de las infraestructuras a causa de los constantes hurtos y vandalismo por la delincuencia reinante en algunas zonas de la península.

Aunado a la decadencia de estos espacios, también se suma la desidia de los servicios públicos (agua, electricidad, internet, entre otros), el desmejoramiento de los programas gubernamentales como el de alimentación PAE que dejó de funcionar correctamente en algunas instituciones debido a que el Ministerio de Educación, por medio del Ejecutivo Nacional, no está distribuyendo los alimentos con regularidad debido al “bloqueo económico y las sanciones impuestas por el imperio”, según han argumentado.

Los docentes entrevistados indicaron que ante estas circunstancias, las escuelas, liceos y universidades no están en óptimas condiciones laborales y mucho menos educativos para los estudiantes.

El vandalismo y los hurtos han dañado las infraestructuras de las instituciones educativas.

«Un docente con un mal salario no da una buena clase”

Es la apreciación de Victoria Fernández, maestra de 6to grado en una institución educativa pública en el municipio Los Taques.

La docente con 7 años de experiencia en el aula, expresa que la situación país y la desmejora salarial del maestro hace que el profesional en el sector decaiga, pues también “somos padres, madres, cabeza de familia que padecemos los embates de la crisis económica que atraviesa el país”, enfatiza.

Datos de la organización no gubernamental (ONG) Un Estado de Derecho (UED), aseguran que un docente de máxima categoría en el sistema público (más de 20 años de servicio y posgrados) devenga un sueldo base entre 300 y 600 bolívares, de acuerdo a su grado de especialización, lo que anteriormente representaban unos 70 o 140 dólares mensuales. Actualmente, son unos 15 o 30 dólares.

Es por ello, que los docentes prefieren renunciar a la docencia o dedicarse a labores extras, y no llevar “una mala nota” acuesta.

Lo lucrativo de las tareas dirigidas en Paraguaná

En la entrega anterior, Cactus24 constató que al menos el 50% de los docentes que están en las aulas de clases se dedican a dar asesoramiento en tareas dirigidas o particulares. ¿Qué las motivó?: La insuficiencia del salario y lo lucrativo de esta opción extralaboral.

Andreina Prieto, licenciada en Lengua y Literatura (UPEL) y Diana Rojas, egresada del PNF Educación (UBV), se abrieron a este emprendimiento ante la crisis salarial de los maestros y docentes, sin dejar atrás la vocación de enseñar, pues reconocieron que el estudiante “no tiene que pagar los platos rotos por la crisis”, enfatiza Rojas.

Las entrevistadas explicaron que cobran 5 dólares semanales por dos horas de clases de lunes a viernes en su escuelita. Atienden por grupos en horario vespertino. Mientras que las clases particulares se cobran 2 dólares la hora.

Referente a esto, este medio que está siempre dando el Dato Noticioso, encuestó a 25 padres y representantes de Paraguaná a quienes se les preguntó de qué otra manera distinta a la formal educan a sus hijos.

De aquí se contabilizó que 40% paga tareas dirigidas; 28% no recurre a ninguna; 15% se vale de reforzamiento en casa; 7% contrata clases particulares y 10% aprovecha contenidos de Internet.

Para finalizar, Cactus24 también preguntó a los docentes sobre cuánto dinero se requiere mensual y cuánto perciben en realizar trabajos extras, bien sea de otros empleos o emprendimientos, en su totalidad coincidieron que se requiere un salario de 500 dólares mensual, como se planteó al principio de este especial, mientras que un 60% de los consultados manifestaron que obtienen como mínimo 200 dólares al mes dependiendo del oficio extra que está ejerciendo o emprendiendo.

“Los bonos son pan para hoy y hambre para mañana»

El pasado 24 de abril, el gremio educativo de Paraguaná tomaron las calles de Punto Fijo, en rechazo a los bonos otorgados por el Ejecutivo Nacional.

«No queremos bonos, queremos salarios constitucionales», gritaban desde el Parque Cujizal de Punto Fijo, de acuerdo a nota previa por Cactus24.

El gremio insiste en recibir una remuneración acorde a lo establecido en la Carta Magna, que les permita mejorar la calidad de vida y «poder cubrir la canasta alimentaria.

El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social reveló que en enero del 2023, hubo al menos 1.300 protestas, en su mayoría por sus derechos laborales. “Este es el doble de manifestaciones que se registraron en el año 2022”, afirma el documento publicado. 

Debido a esta exigencia, algunas instituciones educativas de la urbe paraguanera tomaron la decisión de impartir las clases dos o tres veces a la semana (instituciones públicas). Pues, a pesar de que están en las aulas, aún están en protesta hasta lograr tener un salario justo y digno de la profesión que escogieron y la cual es responsable de la formación del futuro del país.

También, se conoció que algunos maestros paraguaneros reciben “colaboraciones” de parte de terceros, como los padres y representantes que ayudan a sobrellevar la crisis.

“Algunos padres, debido a la situación que estamos padeciendo, nos han colaborado con algunos materiales como bolígrafos, marcadores de pizarra inclusive hasta comida y dinero para los pasajes”, relata una docente de la Educación Media General que prefirió resguardar su identidad para este trabajo.

Narra que hay profesores que para cumplir con sus horarios de clases deben caminar kilómetros de su casa a la institución en donde imparten la enseñanza. La misma situación también la padecen los estudiantes quienes también deben caminar por largos kilómetros, algunas veces no desayunan, solo tienen las ganas de estudiar y van con el anhelo que en la escuela les den almuerzo que la mayoría de las veces es lentejas o arvejas con arroz.

«Los niños nos preguntan: maestra, ¿para qué voy a estudiar?”

“Mi papá es albañil y gana más que usted, mi mamá vende perros calientes y hamburguesas, y gana más que usted», señala Rosa González de 48 años, educadora del municipio Falcón, que dice sentirse también preocupada por el futuro del país.

Debido a esta “reflexión” que hacen los niños, y principalmente los jóvenes que están cursando los grados de bachillerato, posponen su sueño universitario por la precaria situación que están padeciendo los profesionales en el país, siendo los educadores, enfermeras y médicos con los salarios más “nefasto de la nación”, aclara González.

En resumen, el estudiante  -sobre todo el bachiller- tiene dudas sobre ingresar a la Educación Universitaria en Venezuela, porque no ve claridad sobre la utilidad de esa inversión de tiempo y dinero en su desarrollo profesional y productivo. Esta aclaratoria es importante, porque no parece tratarse de meros prejuicios a favor o en contra del país, sino de la necesidad de ver evidencias sobre los beneficios productivos de estudiar una carrera larga —4-5 años—. Ello luce como consecuencia de varios años de situaciones económicas difíciles a nivel nacional.

Redacción e infografías: Rut Cuauro Chirinos

Cactus24 (04-06-2023)

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