Sin su uniforme militar y acompañado por sus primos, el príncipe Harry llegó a la abadía y ahí se produjo la primera foto.
Todos los focos estaban centrados en él, luego del tsunami que provocó en la familia real el estreno del documental que hizo para Netflix junto con su mujer, Meghan Markle, y la publicación de su libro de memorias, la relación con su padre, Carlos III, y su hermano, el príncipe William, se tensó más aún. Como lo prueba el hecho de que no tuvo una ubicación de privilegio en la abadía de Westminster durante la coronación: el menor de los hijos del Rey quedó relegado a la tercera fila, entre el marido de su prima Eugenia, Jack Brooksbank, y la princesa Alexandra, prima de Isabel II, lejos de su padre y su hermano, el heredero del trono.
Su asistencia demostró que está dispuesto a darle respeto y apoyo a su padre, sin embargo está lejos de ilusionarse con una reconciliación familia. Incluso llegó a Londres el viernes 5 de mayo sin su esposa ni sus hijo, Archie y Lilibet, quienes se quedaron en California por el cuarto cumpleaños del primogénito.
El viaje fue fugaz, enfocado solo en el acto religioso: no participó de la recepción a los mandatarios extranjeros del viernes 5 y se estima que tampoco estará presente en la procesión de la comitiva real hasta el palacio de Buckingham ni en el resto de los eventos del fin de semana.
Cactus24 06-05-23