La sección «E» de primer grado de la Escuela Nacional Primaria de Los Taques quedó con un pupitre vacío; el urbanismo Victoria Popular con una niña menos y la sociedad con una herida profunda difícil de cicatrizar pues, cuando de tragedias de infantes se trata, el ciclo del dolor tarda en cerrarse.
A la maestra Yuranny Barreno, por ejemplo, la embargará la nostalgia cada vez que vea el rostro de sus 22 alumnos y encuentre vacío el pupitre de Alexandra Xaviela Padilla Córdoba, la alumna 23 y quien hasta hace pocos días sonreía de emoción al saber que estaba comenzando a escribir y contar.
Irónicamente, el crimen de esta niña de 7 años, se escribe con tinta roja y se cuenta como uno de los más atroces de los años recientes en el estado Falcón.
De millones que exigen justicia, a Barreno le queda el consuelo de haber sido esa madre simbólica en la que se convierten los maestros dentro de una escuela. «Una niña dulce», así recuerda a Alexandra de tan solo 7 años de edad.
Quien tuvo también la dicha de ser alguien importante en la vida de Alexandra, es Yosarelys del Valle Díaz Martínez, presente como su madrina en la pila bautismal de la iglesia, hace unos años.
Yosarelys confirma que la madre biológica de Alexandra no estuvo en aquel bautizo ni presente en la vida escolar niña, que siempre vio bajo los cuidados de su madrastra Yelissa Yolanda Méndez Fuentes, de 39 años, quien de vivir un tiempo en Nueva Esparta, se radicó en Los Taques donde hacía vida marital con el pescador Alejandro Padilla, quien sin ser el padre biológico, le dio su apellido y la crío.
Cuando violaron y asesinaron a la niña, Alejandro estaba en el mar, pescando, fuera de la casa.
Yosarelys del Valle Díaz Martínez no tiene nada que decir en contra de sus compadres Alejandro y Yelissa. Su clamor, como el de todos los venezolanos, es que prevalezca la justicia.
El Cicpc sigue trabajando, a tiempo completo, con apoyo de órganos de seguridad, para que el infanticidio no quede impune.
📝 Gerardo Morón Sánchez
Con información de Pedro Colina Depool