El cerebro humano no tiene rival en su capacidad para procesar información.
Claro, tenemos días en los que nuestras mentes no se sienten tan agudas. Pero el extraordinario órgano de 3 libras todavía es capaz de cosas que las supercomputadoras y los robots no pueden hacer.
El cerebro humano evolucionó para formar miles de millones de neuronas, lo que nos permite aprender y tomar decisiones lógicas complejas. Podemos mirar a dos animales diferentes, como un gato y un perro, y distinguirlos, mientras una computadora lucha con la tarea.
Los avances en inteligencia artificial han hecho que algunos se pregunten cuándo las computadoras cruzarán la línea que separa a los humanos de la tecnología, como la computadora sensible HAL 9000 de la novela y película de ciencia ficción «2001: Una odisea del espacio».
Hasta ahora, ninguna forma de IA ha dado un salto tan grande hacia la humanidad. Pero puede haber un nuevo juego en la ciudad.
Un nuevo campo llamado inteligencia organoide podría ser la base para computadoras alimentadas por células cerebrales humanas.
Los organoides cerebrales cultivados en laboratorio, apodados «inteligencia en un plato», son cultivos de células del tamaño de un bolígrafo que contienen neuronas capaces de funciones similares al cerebro.
Los investigadores anunciaron el martes su plan para usar organoides cerebrales para crear «biocomputadoras» energéticamente eficientes que compitan con las supercomputadoras actuales y puedan revolucionar las pruebas farmacéuticas para enfermedades como el Alzheimer.
Pero el hardware biológico viene con una variedad de preocupaciones éticas, incluso si los organoides pueden lograr la conciencia o la sensibilidad o sentir dolor.
CNN
CACTUS24 04-03-23
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