Es un sentimiento de tristeza constante que puede afectar a las relaciones sociales y a los quehaceres diarios.
¿Te sientes triste o apático con mucha frecuencia, o te encuentras con falta de interés en las actividades diarias que realizas? Pues bien, esto puede ser síntoma de un trastorno de salud mental que, quizás, no sabes que padeces, la llamada distimia. Y es que, a raíz de la pandemia, muchas son las consecuencias psicológicas que han afectado en nuestra sociedad como, por ejemplo, la depresión, la ansiedad o el estrés.
¿Qué es la distimia?
La distimia se considera un trastorno depresivo persistente, es decir, una forma de depresión continua y duradera en el tiempo. Esta se caracteriza por largos periodos de tristeza, algo que provoca que la persona que lo sufre se encuentre mal en todo momento y en un agujero sin salida. Cabe destacar que, aunque es más normal que se dé en personas mayores, tras el confinamiento durante la pandemia ha hecho que también surja entre los niños y los adolescentes.
¿Qué consecuencias tiene?
Entre las múltiples consecuencias está la falta de interés por realizar las actividades normales de la vida cotidiana. Además, en la mayoría de las ocasiones puede que la persona que lo sufre no tenga energía y tampoco se sienta optimista con lo que le sucede alrededor. Asimismo, se suele sentir desesperanzada, improductiva y con baja autoestima. Estos son sentimientos que duran años y pueden afectar a las relaciones sociales, al trabajo y las actividades cotidianas. Pero no solo esto es lo que le acompaña normalmente, sino que también puede presentar pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio, o aislamiento social.
Para el diagnóstico de la distimia, el paciente tiene que presentar una tristeza prolongada durante al menos dos años, además de los problemas ya señalados anteriormente. Estos síntomas pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. A menudo, el diagnóstico de la persona se hace después de un examen minucioso y una historia médica realizados por un especialista u otro profesional de la salud mental.
¿Cómo combatir la distimia?
Es importante destacar que la distimia tiene cura. Su tratamiento lo determinará el médico. Sin embargo, la distimia se puede combatir, aunque no hay una medida 100% que pueda prevenirla. Sí que es verdad que los doctores aseguran que es un trastorno que se suele desarrollar en la niñez, incluso en la adolescencia. Esto es importante identificarlo cuanto antes en los más pequeños, ya que pueden acabar sufriendo depresión.
Además, también se pueden controlar los síntomas. En este caso, podemos medir el estrés -con el fin de aumentar la resiliencia y subir la autoestima-; así como apoyarse en los amigos y familiares, sobre todo en los momentos de caída o de crisis, para que que puedan sostenerte. También, hay que buscar ayuda y que el médico designe el tratamiento más adecuado según los síntomas, para que estos no empeoren, y tampoco descartarlo a largo plazo para evitar recaídas. Lo más importante es acudir a consulta psicológica para que haga un seguimiento del estado anímico de la persona.
La distimia se cura únicamente a través del tratamiento. Sin embargo, estos tips te pueden ayudar a que la terapia transcurra de manera favorable:
No reprimas tus emociones: Reprimir las emociones nunca es una buena opción ya que implica un gran esfuerzo por nuestra parte que acaba generando un desgaste tanto físico como mental. Además, a la larga estas emociones reprimidas acabarán repercutiendo negativamente tanto en nuestro entorno como en nuestra salud mental.
No te culpabilices: Es habitual que las personas que padecen depresión se sientan culpables por sentirse como se sienten. No obstante, padecer un trastorno mental no es una elección al igual que tampoco lo es tener una enfermedad física. Además, tampoco suelen tener una única causa sino que surgen por una combinación entre distintos factores.
Escribe sobre tus emociones: En determinadas ocasiones, vemos que nuestros pensamientos fluctúan de un lugar a otro pareciendo que no tenemos control sobre ellos. Es por ese motivo que escribir nos puede ayudar a ordenar nuestros pensamientos y liberarnos, poco a poco, de aquellas emociones que nos generan dolor.
Cuida de tu alimentación: Si bien la alimentación no puede curar un trastorno mental, esta influye de manera directa en la química de nuestro cerebro. De hecho, se ha encontrado que los alimentos pueden influir en la producción de determinados neurotransmisores. Por lo tanto, el consumo de alimentos saludables puede aumentar una mejora de la salud mental.
Haz ejercicio al aire libre: Ejercitarse físicamente de manera moderada y regular constituye un gran apoyo en el tratamiento de la distimia. El sol y el aire libre son necesarios para el mantenimiento de una buena salud mental.
Establece rutinas: Pese a que en ocasiones cueste mantener ciertas rutinas, lo cierto es que estas nos ayudan a tener una estabilidad emocional y mental. Por eso, es recomendable que marques un horario de sueño, de comidas, de trabajo, de descanso, etc.
Estructurar tu día a día con unos objetivos que sean alcanzables puede ayudarte a sentirte mejor.
Contacta con tu red de apoyo: Tener una red de apoyo segura y con la que te sientas cómodo/a puede ayudarte a expresar cómo te sientes a la vez que constituye un factor protector para el desarrollo de trastornos psicológicos.