La presidenta de Perú, Dina Boluarte, pidió la noche del viernes «perdón» por las decenas de muertos en las protestas de las últimas semanas; y una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exhortó el cese de la violencia en el país que -dijo- transita por una etapa «muy complicada».
En un mensaje a la nación transmitida por televisión, Boluarte solicitó al Congreso acelerar la fecha para una segunda votación que refrende el adelanto por dos años, a abril del 2024, las elecciones generales para tranquilizar a la población.
Las protestas estallaron tras la destitución y arresto del exmandatario izquierdista Pedro Castillo, que intentó el 7 de diciembre disolver de forma ilegal el Congreso, en un país cansado de políticos acusados de corrupción y de demandas postergadas principalmente de sectores pobres andinos.
«Entiendo y comparto su indignación, el Estado tiene una gran deuda con el país, es especial con el Perú profundo», afirmó Boluarte, tras lamentar la muerte de 42 personas, entre ellos un policía, tras duros enfrentamientos en las protestas.
«Pido perdón por esta situación y por lo que se dejó hacer para evitar estos acontecimientos trágicos», enfatizó.
En las manifestaciones se exige la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso, una nueva Constitución y la libertad de Castillo, que cumple prisión preventiva por «rebelión».
Boluarte indicó que se debe investigar las causas de las muertes porque «hoy sabemos que un tipo de armas de fuego y municiones habrían ingresado al país por el sur de Perú, y esas son las que podrían haber causado las muertes».
«Debo ser enfática en señalar que ese tipo de municiones no usa nuestra policía ni nuestra fuerzas armadas», manifestó.