Los restos del papa emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado sábado a los 95 años, ya reposan en la cripta de la basílica de San Pedro del Vaticano.
Tras cinco días expuesto en la capilla ardiente, este jueves fue enterrado.
Los restos del emérito reposarán en la que hasta 2011 fue tumba de Juan Pablo II y, como manda la tradición, lo hacen en un féretro triple: uno en madera de ciprés, introducido en uno segundo de zinc y sellado y revestido todo en uno tercero en olmo barnizado.