«No es un propuesta seria. Es una tomadura de pelo». Así ha calificado la vicepresidenta tercera de España y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, la propuesta de la Comisión Europea de fijar un límite de 275 euros el megavatio hora (MWh) al precio de las compras de gas.
La propuesta conocida el martes marca un umbral que solo fue superado el pasado mes de agosto, cuando se alcanzaron récords históricos en plena escalada de los precios de los combustibles fósiles, que lastraron la inflación de la eurozona hasta alcanzar los dos dígitos por primera vez.
Varios Gobiernos, entre los que se encuentra el de España, ya han advertido a la Comisión de que si no se retira esta propuesta y se pone sobre la mesa otra más razonable, rechazarán otras iniciativas que se planteen en cuestiones clave.
«Me consta que hay Estados miembros que van a pedir que se haga una propuesta seria o directamente dejamos de respaldar las propuestas de la Comisión en otros temas que también son de vital importancia», ha sostenido Ribera este miércoles en declaraciones a la prensa en los pasillos del Congreso.
Las reacciones de indignación de muchos Ejecutivos europeos se producen un día antes de la celebración de un nuevo Consejo extraordinario de Energía en Bruselas, donde se debería aprobar el mecanismo extraordinario para la limitación del precio del gas natural que compra la UE.
Sin embargo, parece que ese pacto no se alcanzará a no ser que la comisaria de Energía, la estonia Kadri Simson, retire la propuesta. «Tengo la impresión de que la Comisión va a oír cosas muy duras por parte de los Estados miembros», ha afirmado Ribera.
En la cumbre del jueves se deberán tomar decisiones muy importantes para la economía del bloque comunitario. Además del mecanismo para limitar el precio del gas, también se tratarán las compras conjuntas y la reforma del sistema eléctrico europeo, que está prevista que se lleve a cabo el año que viene. Estas cuestiones podrían ser vetadas si los 275 euros por megavatio hora no salen de la ecuación.
Una reclamación de hace tiempo
La reclamación de al menos una quincena de Gobiernos de la UE de fijar un precio máximo para pagar el gas que se importa no es nueva. La idea, liderada por España y Portugal, que consiguieron en junio la denominada ‘excepción ibérica’, contaba con el rechazo de Alemania y Países Bajos. Sin embargo, se consiguió que en octubre la Comisión se comprometiera a presentar una propuesta en este sentido.
La iniciativa consiste en fijar un límite al precio del combustible que los países del bloque estén dispuestos a pagar por el producto que se importe, a partir del cual se activaría un mecanismo de emergencia.
Sin embargo, la propuesta del Ejecutivo comunitario ha sido decepcionante. Para muchos países europeos el precio pautado es demasiado alto, debido a que por debajo de ese límite la UE ya ha sufrido las consecuencias de la inflación, que ha lastrado al conjunto de la economía.
Para Ribera, se trata de «unas condiciones que lo hacen prácticamente inviable», por lo que insta a la Comisión a «cambiar muchísimo la actitud» para poder llegar a un acuerdo. «Lo más dramático es que le hemos pedido que presente una propuesta y esto no es una propuesta seria, esto es una tomadura de pelo», concluía la ministra española.
A su juicio, lo planteado por Simson es una llamada al aumento de precios. «Ya en sí mismo está incitando un incremento muy importante en las ofertas de los distintos proveedores eléctricos», ha explicado Ribera, que considera que «genera el efecto contrario al deseado» al inducir «un incremento artificial de precios». «Nos vamos a oponer rotundamente», ha advertido.
Cactus24 23-11-22