domingo, diciembre 22, 2024
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Ucrania acusa a Rusia de bombardear una planta nuclear en el sur

Ucrania acusó el lunes a Rusia de haber bombardeado la zona industrial de una central nuclear en el sur del país, reavivando de nuevo los temores a que se produzca un accidente atómico.

Esta planta nuclear ucraniana es la tercera en verse envuelta en la guerra lanzada por Rusia en febrero, pese a los múltiples llamados de la comunidad internacional a evitar estas infraestructuras que pueden causar una catástrofe continental.

Moscú, por su parte, denunció el lunes las «mentiras» de Ucrania sobre el descubrimiento de cientos de cuerpos y de una fosa común en Izium, en el este del país, tras la retirada de las fuerzas rusas de esa región. Kiev acusa al ejército ruso de estos atropellos.

Tras el anuncio del ataque a la central de Pivdennoukrainsk, en la región de Mikolaiv (sur), el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que Rusia «pone en peligro al mundo entero».

«Debemos detenerla antes de que sea demasiado tarde», dijo en Telegram, mostrando un video de las cámaras de vigilancia en el que se veía, en blanco y negro, una gran explosión.

Según el operador Energoatom, «se produjo una potente explosión a sólo 300 metros de los reactores» de esta central y la atribuyó a un misil nocturno ruso.

A unos 260 km del lugar, otra central nuclear ucraniana, la de Zaporiyia, la mayor de Europa y que está bajo control ruso desde las primeras semanas de la invasión, fue blanco de varios bombardeos en estos últimos meses.

Kiev y Moscú se acusan recíprocamente de estos ataques, que suscitan una gran preocupación a nivel internacional.

La situación en esta planta mejoró sin embargo estos últimos días y ha podido volver a ser conectada a la red eléctrica ucraniana.

«Las próximas etapas»

El Consejo de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que cuenta con observadores en el lugar desde principios de septiembre, instó a Rusia a retirarse de las instalaciones.

A principios de la invasión, las fuerzas de Moscú también ocuparon la central de Chernóbil (norte), donde en 1986 se produjo un desastre nuclear que dejó centenares de muertos y provocó una ola de contaminación radiactiva en Europa.

En Pivdennoukrainsk, la central funcionaba normalmente el lunes, pese a la explosión que reventó los vidrios de unas cien ventanas y obligó brevemente a desconectar las tres líneas de alta tensión.

Este bombardeo tiene lugar en momentos en que las fuerzas rusas sufren varios reveses y se han retirado de una gran parte del noreste del país tras la contraofensiva ucraniana en la región de Járkov. Las tropas de Kiev también han ganado terreno en el sur, pero más lentamente.

Pero desde hace varios días, los avances ucranianos han perdido fuerza.

Zelenski insistió el domingo por la noche que no se trataba de «una pausa» sino de «preparar las próximas etapas».

Rusia controla gran parte de la cuenca del Donbás (este) y de las regiones de Jersón y Zaporiyia (sur), tras haber anexado en 2014 la península de Crimea.

En Donetsk, capital de la zona separatista del mismo nombre en el Donbás, un ataque ucraniano «punitivo» mató a 13 civiles, acusó el lunes el alcalde prorruso de la ciudad, Alexéi Kemzulin.

Torturas y «mentiras»

En la región de Járkov, continúan las exhumaciones de los cadáveres en Izium, tras el hallazgo de más de 440 tumbas cerca de esta ciudad clave recientemente liberada de las fuerzas rusas. Algunos cuerpos, con las manos atadas, mostraban signos de maltrato.

El Kremlin, como ya ocurrió tras el descubrimiento de cientos de cuerpos de civiles en Bucha tras la retirada rusa, niega todas las acusaciones.

«Es una mentira. Por supuesto vamos a defender la verdad en este asunto», declaró el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov. «Es el mismo guión que en Bucha».

Periodistas de la AFP recogieron testimonios de ucranianos que dijeron haber sido torturados por militares rusos durante la ocupación de la región de Járkov.

En el hospital de Izium, Mijailo Chindei, de 67 años, explica que estuvo detenido durante 12 días en una húmeda celda y que sus carceleros le rompieron el brazo con una barra de metal.

«Me golpearon en los talones, la espalda, las piernas y los riñones», añade. Los soldados rusos lo acusaban de haber dado a las fuerzas ucranianas las coordenadas de una escuela donde se habían instalado. Un bombardeo ucraniano mató allí a numerosos militares rusos.

El sábado, la presidencia checa de la Unión Europea pidió la creación de un tribunal internacional especial que juzgue crímenes de guerra.

Cactus24 19-09-22

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