Luego de ser víctima de un atentado el pasado 1 de septiembre, la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, reconoció estar viva «por Dios y por la Virgen».
En presencia de líderes religiosos y consternada ante lo sucedido, Fernández dio muestras de su fe y expresó lo agradecida que se siente de estar viva por la providencia divina.
Fernández detalló que tras el hecho, el papa Francisco le dijo que los actos de odio y violencia siempre son precedidos por palabras y por verbos de odio y violencia. Este clima va creciendo y se producen estas situaciones.
Tras el intento de magnicidio en su contra, la vicepresidenta consideró que «lo más grave no es lo que me pudo haber pasado a mí, sino que se rompió el acuerdo social que había desde 1983», haciendo alusión a la fecha en que Argentina recuperó la democracia.
«volver a la democracia fue recuperar la vida, la racionalidad y poder discutir de política, erradicando toda esa violencia», dijo Fernández.
Por último la vicepresidenta resaltó que «esa pasión que tenemos por que la gente vuelva a comer y tener un trabajo, no lo vamos a lograr hablando únicamente con los que pensamos de una manera, la gracia está en juntarse con los que piensan distinto y tener un acuerdo mínimo» .
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