En Oregón, Estados Unidos, Amari King Churchwell, un niño de ocho años, murió repentinamente debido a una hemorragia cerebral, porque no mostró ningún síntoma previo, salvo sentirse mal durante horas antes de desmayarse.
Según People , en niño salió al colegio como de costumbre, pero se empezó a sentir mal.
Al volver a casa fue recibido por su padre. Mientras ambos se abrazaban el pequeño se desvaneció y el pánico se apoderó de la familia.
De inmediato, los trasladaron a un centro médico. Los profesionales de la salud descubrieron que tenía un tumor en el cerebro, mismo que le ocasionó un derrame.
Aunque los médicos trataron de reducir la presión en el cerebro realizando un drenaje, falleció.
«Tristemente, el derrame provocado por el tumor dejó a Amari con escasa actividad cerebral. Después de orar mucho y consultar con tres neurólogos para agotar todas las opciones, tuvimos que enfrentar la devastadora noticia de que nuestro Amari había fallecido», comentaron sus allegados.
La madre del menor, acongojada por la tragedia, aseguró que él jamás experimentó ningún tipo de síntoma: “Nunca padeció dolores de cabeza, ni dio muestras de estar enfermo. Fue muy raro, como si su cabeza se desplomara”.
Sus seres queridos lo recordarán siempre como un niño “alegre y brillante”.
Cactus24/23-11-2021